Una vez que llegaron al séptimo piso, Adhara y Regulus supieron cuál era la sala de menesteres por primera vez. Los seis jóvenes entraron y la sala tenía exactamente seis sillones individuales para que se sentaran, cosa que hicieron.
-Bien, ¿A qué se refiere Walburga? –dijo Sirius directo al punto.
-Al parecer Bellatrix, Rodolphus, Severus, Licius y Narcisa se unirán a quien-tu-sabes, incluso puede que ya estén dentro de sus órdenes –dijo Regulus.
-Y nosotros no vamos a dejar que Regulus se vea envuelto en esas cosas –dijo Adhara- Es nuestro hermano menor Sirius, tenemos que protegerlo.
-Lo sé, pero ¿Cómo lo haremos Adhara? Ella nos matara a los tres sin piedad –dijo Sirius.
-No lo sé, Sirius, solo quiero sacarlo de ahí en cuanto antes –dijo ella.
-¿Ya no vives ahí? –pregunto Remus.
-No –susurro- Desde navidad –lo miro- Historia que te contare después –Remus asintió, siendo sinceros él ya sabía que había pasado.
-¿A dónde lo llevaras? –pregunto Sirius.
-Conmigo –dijo ella.
-¿No crees que es muy obvio? –pregunto Sirius de nuevo.
-Sí, pero a donde más iríamos Sirius, no hay otro lugar a donde llevarlo, que sepamos que está bien y que estará bien –dijo mirando a su hermano, el cual se quedó callado.
Regulus estaba en medio de sus hermanos, moviendo la cabeza como si de estar viendo un juego de pin pon se tratase.
-Puede ir a la casa –dijo James de repente.
-No –dijo Adhara- No sería bueno que ellos estén juntos.
-Me ofende –dijo Sirius.
-Sabes que es cierto, si ustedes están juntos ella los matara más fácil, incluso el- que-no-debe-ser-nombrado –dijo Adhara- Regulus se ira conmigo, sin reclamos Sirius –él solo asintió.
Sirius se quedó mirando a su hermana, en tan solo unos meses había cambiado más, ya no era la pequeña Adhara, ahora era una mujer que sabía lo que hacía y que tenía el potencial para las artes mágicas.
-Bien, el niño se queda contigo –dijo él- Pero yo lo veré los fines de semana.
-Bien –dijo ella.
-Oigan –dijo Regulus captando la atención de sus hermanos- Me van a sacar de la casa, no están pidiendo custodia compartida, pero acepto los términos.
-Entonces que estas jodiendo –dijeron los mellizos.
-Recuerden que soy hartista –dijo Reg- Mi trabajo es hartar a la gente.
-Si no fueras mi hermano te golpearía –dijo Sirius.
Los tres se quedaron callados, el habiente se sentía muy cómodo en realidad.-Este… -dijo Peter y miro a Ady- Creo que no nos han presentado –sonrió- Soy Peter Pettigrew.
-Adhara Black –sonrió.
-Regulus Black –sonrió- Por si te interesa guapo –dijo haciendo reír a los chicos.
-Te dije que no coquetearas con mi hermana colagusano –dijo Sirius.
-Pero nadie le dice nada a Remus –dijo Peter en su defensa.
-Remus se ganó el corazón de Ady en el vagón el primer día de clases –dijo James.
-Esperen un momento –dijo Reg- ¿Por qué yo no sabía eso? Díganme.
-No es de tu incumbencia mocoso –dijo Ady.
-Lo veo y no lo creo –dijo Regulus acomodándose en el sillón- ¿Ibas a ser mi cuñado y yo no sabía? –Remus se sonrojo al escuchar a Regulus.
-Todavía puede serlo –dijo Sirius- Que este casada no significa que lo quiera.
-Buen punto –dijo Adhara.
-¿Estas casada? –pregunto Peter.
-Papi, ¿No pones atención a lo que te decimos? –Dijo James- Póngase trucha
-Te lo dijimos casi todo desde que llegaste –dijo Remus- Y ahorita te agarra el veinte –dijo frunciendo el ceño y Regulus se rio.
-Me gustas también de cuñado –dijo Reg- Puedo tenerte a ti y a Alec sin problemas.
-Oye –dijo Adhara- Consíguete los tuyos.
Los seis se encontraban riendo y hablando de todo un poco, cuando sintieron que ya tenían hambre, se dispusieron a bajar.
-¿Puedo hablar contigo? –dijo Remus.
-¡Eso! –dijo Sirius.
-¡Que nadie te la quite! –le siguió Regulus.
-¡Largo de aquí! –les grito Adhara.
-Que mal nos tratan –dijo Sirius- Vámonos hermano, aquí hay pulgas –Tomo a Regulus de los hombros y se salieron, detrás de ellos iban James y Peter riendo.
-Dime –dijo Adhara.
-Lamento no haber dicho antes lo que sentía –dijo Remus.
-Por lo menos lo dijiste –ady sonrio- Fue una carta muy linda.
-Si, pero no lo dije de frente y ahora es tarde –dijo y solto un suspiro después- Me gustas Adhara Black y no me arrepiento de haberme enamorado de ti.
-Me gustas Remus Lupin –sonrio- A parte Reg tiene razón.
Remus la miro y vio en sus ojos ese hermoso brillo, los ojos grises de Adhara brillaban más en la noche, haciendo que se vean hermosos.
-¿Me permitirías besarte? –dijo Remus.
-Créeme que jamas te detendría –Adhara sonrio y Remus se acerco a ella hasta que junto sus labios en un delicado beso, Ady paso sus manos por el cuello de Remus y el paso las suyas por la cintura de Black.
Hay que admitir que los chicos no se habían ido, solo estaban afuera y al ver que tardaban decidieron abrir un poco la puerta y para su no sorpresa, los cacharon besándose.
-Yo digo que hay que cerrarle e irnos –dijo Reg.
-Opinamos lo mismo –dijeron los merodeadores, para proceder a cerrar la puerta.
Cuando Remus y Adhara se separaron, se ponía notar lo sonrojado en las mejillas de ambos.
Y sin decir nada, ni esperar nada, Remus tomo la mano de Ady y volvió a besarla.En el comedor se encontraban los alumnos cenando, cuando entraron los merodeadores, tres de ellos sonriendo y uno sonrojado. A los minutos de ellos, entraron Regulus y Adhara, sonriendo, haciendo como si nada hubiera pasado hace cinco minutos.
-¿Dónde estaban? –pregunto Andrómeda.
-Caminamos por todos lados –dijo Regulus y Adhara se sentó al lado de Alec y éste la miro.
-Te conozco –le susurro Alec.
-Me beso, lo bese –susurro.
-Eso mamona –dijo Alec riendo- Quien iba a pensar que yo al ser tu esposo te diría eso sabiendo que besaste a otro hombre –dijo Alec riendo.
Adhara se recargo en el hombro de Alec sonriendo y Alec sonreía igual, se acercó y beso su frente, ellos dos seguían siendo los mejores amigos que siempre habían sido.
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Un Amor Imposible || Época Merodeadora
Fanfiction¿Qué sucedería si por las decisiones de Sirius su hermana tuviera que pagar? Sufrir la maldición Black tres veces no es nada bueno. No lo digo yo, lo dice la historia.