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Cap.17: Pétalos De Rosas -Parte 2-... 05 Oct. Del 2018/18 Ma. Del 2022... 14:00/08:21hrs

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La mirada cian de una chica se fijó en el reloj, revolvió su cabellera ondulada color turquesa, se había despertado "temprano", dio un suspiro, yendo al sótano de su casa, encendió las luces tras pisar el suelo de ese lugar, mirando una rosa que estaba dentro de una jarra de cristal, varios dirían que es al estilo de "La Bella Y La Bestia" por la condición de la rosa. Esta se acercó a la mesa donde se encontraba como si fuera una exhibición de museo, tocando un par de veces el cristal con la uña de su dedo índice.

--tres pétalos le quedan a esta rosa--susurra con lastima.

De repente cayeron dos, como una pluma, y tocaron la madera de aquella mesita de adorno, agarró el cristal para retirarlo cuidadosamente, tomando en manos ambos pétalos de esa rosa amarilla, abriendo sus ojos más de lo normal, negando con su cabeza ante el descubrimiento que hizo, arrancó el ultimo pétalo de la rosa y lo estrujó, no iba a dejar que cayera, no después de lo que supo.

--¿esto no tiene solución?--pregunta al aire halando suavemente el piercing de su nariz que le hacía parecer un toro o eso decía la gente de ella--. Claro que lo tiene, debí quemar esa rosa desde un principio o hacer que marchitara.

Se acercó a un congelador largo, abriéndolo, dejando ver muchas rosas de distintos colores, había pasado un tiempo que no las revisaba, sacó a las que empezaban a caerse los pétalos, colocándolas como exhibición al igual que la rosa amarilla. Miró una rosa castaña que se negaba a marchitarse, se le habían caído dos pétalos, frunció el ceño, agarrando un yesquero y quemándola aun en su mano. Dio varias carcajadas fuertes cuando la sensación de quemarse los dedos se hizo presente.

Cuando la rosa se volvió polvo, decidió salir de ese sótano, y así salir al patio delantero de su hogar, dando un respiro hondo al aire de afuera, vio una mudanza, una mujer castaña que pudo reconocer al instante, dio un bufido enojada, tendría que hacerse la vecina buena ahora, iba a regresar al interior de la casa cuando escuchó una voz adicional a la de la castaña, asomándose por la cerca para ver esa cabellera larga.

--¡hola, ¿son nuevos vecinos?!--pregunta captando la atención del chico.

--¡sí!--respondió con una sonrisa, acercándose a la cerca--soy Alexander Gowttald, un gusto.

--el gusto es mío, soy Raven, bienvenidos--dice con una sonrisa.

--gracias--el ocre miró hacia la mujer castaña que seguía hablando a los de mudanza, luego regreso la mirada a ella--. ¿Gustas salir a un bar un día? Claro, tú me llevas.

--acepto--respondió dando una sonrisa--. Te veo luego, Alexander.

El contrario asintió, a lo que se baja de la cerca, dando un suspiro hondo, de todas las personas que estaban en las rosas, debía de ser ellos, negó con su cabeza repetida veces mientras entraba a su casa con molestia, cerró la puerta tras suyo y dio otra respirada honda, fue de nuevo a su sótano, esos dos pétalos caídos y el ultimo que arrancó se lo habían dicho, mas no que serían sus vecinos.

En eso recordó la pequeña panza que tenía el ocre, se le notaba por la camisa algo justa que había estado usando, no entendía, no llevaba toda la información a pesar de ser "bruja*", maldijo en voz baja, debía esperar para dar golpe con el psíquico, pero no ha sabido nada de él hace varias horas, no podía creérselo.

--carajo...--dejó salir sorprendida-- ¡puta mierda de destino!

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El azabache tenía su cabeza entre sus manos, sentado en una de las sillas de espera del hospital, a su lado estaba su mejor amigo, por primera vez en años, le veía sin expresión en el rostro, dio un suspiro derrotado, habían fallado, el peli-gris se había equivocado, algo que era casi imposible, pero sucedió, y habían perdido, no se permitía llorar ahí, a pesar de haber perdido a su pareja de nuevo.

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