Les ha sucedido que cuando ven a alguien por primera vez sienten que lo conocían de algún otro lugar.
Hay quienes dicen que antes de nacer en esta tierra ya existiamos y que eramos seres sociables.
Los personajes no me pertencen, son propiedad de Ke...
El joven camina presurosamente por los pasillos del zoologico Lincoln en Chicago, se encuentra con alguien del personal.
-Disculpe, ¿la señorita Susie Carslon?
-¿Es la nueva asistente del veterinario?
- Sí, ella.
- En este momento deben estar con las cebras - el hombre mira su reloj, saca un mapa del bolsillo y le indica el camino a seguir -
-Muchas gracias.
Cuando al fin está cerca, se detiene para contemplar mejor la escena. La bella chica curvilinea, acariciando el cuello de su rayada amiga. Sus ojos color zafiro lucen radiantes, su cabello dorado cual los rayos del sol. La imagen se torna gloriosa para su espectador, que se acerca lentamente al cerco esperando pacientemente a que la chica note su presencia.
-¡Arturo! - se sobresalta al verlo, su rostro cambia de tonalidad hasta llegar a un intenso rojo-jajaja. Perdon, me asustaste. Creí que estaba sola. Estoy por terminar mi jornada. Me cambio y nos vamos.
-claro, te espero.
Alguien fue testigo de la conversación, al ver a la chica marcharse se acerca al atractivo joven.
- Amigo, no deberías darle alas a la "bomboncito", debes tener verdaderas bellezas esperando por ti. Estas chicas son algo ilusas.
En un dos por tres es sujetado e inmovilizado, lo tiene contra las rejas.
-¡No soy tu amigo!, que sea la última vez que utilizas lenguaje despectivo al referirte a ella. Hoy seré amable, pero si se repite no respondo.
El nefasto hombre levanta las manos en señal de paz.
-Lo siento, no creí que te importaría tanto, era solo un consejo.
-¡Nadie te preguntó tu opinión! - sus ojos destilan furia-, cuando te vayas a referir a ella será mejor que lo hagas con respeto. ¡Me entiendes!
Susie venía en camino, ataviada en un bello vestido negro que acentua su belleza a la perfección. Lo que ha escuchado fue incómodo para ella, agacha su cabeza y decide retroceder, Arturo la ve y de inmediato la sigue dando alcance a su mano.
-No escuches los comentarios de un idiota como ese. ¿Sabes? Eres la chica más sexi, que he visto en toda mi vida. Creí estar enamorado, pero cuando te conocí en la fiesta de Dayana, me di cuenta que aún no había conocido el amor.
Ella lo ve con reserva, sus ojos se han humedecido, con gran ternura el seca las pocas lagrimas que se atrevieron a pasearse por las bellas mejillas.
-La mayor parte del tiempo me han molestado por mi sobrepeso donde quiera que voy.
-¡¿Sobrepeso?!, no es cierto, tú no tienes sobrepeso. Estas perfecta. Ser talla tres o cinco no debe ser la meta de una chica. ¿Ves esas flores?- señala con su indice-, ¿son todas del mismo tamaño o color? -Ella niega con la cabeza- Sin embargo todas son bellas - la mira fijamente a los ojos- No te dejes llevar por estándares de gente vacía. Eres una chica sana y muy bella. Lo digo sinceramente.
Ella sonrie con gratitud
-Princesa, su carruaje la espera - dice con una bella sonrisa que ilumina su rostro-
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