IRIS.
- Trae, te ayudo.
Era clase de historia y como no me entretenían las explicaciones, decidí terminar la carta de anoche.
Soy pésima con las manualidades y ni un simple sobre sabía hacer.
Mi compañera de mesa me echó un cable.
- Gracias compi.
Metí el papel dentro del sobre y listo.
Miré la hora del móvil y faltaban minutos para, por fin, decirle adiós a las clases de historia hasta la semana siguiente.
Acababa de sonar el timbre y era la hora para irnos a casa.
La mañana ha sido pesada entre los profesores explicando sin parar y el montón de tareas para clase.
La parte más divertida fue cuando en educación física, Mario, al abrirse de piernas se agujereó el pantalón. Nos reímos cuando él se lo tomó con humor. El compañerismo aquí es esencial.
El día fue aburrido, pero no ha estado tan mal.
Bajé las tres plantas del instituto con mi mejor amiga.
- Apúntate a clase de baile conmigo.
- Díselo al profe de plástica. Seguro que se apunta.
Sentí como me daba una colleja.
- Ya, pero te lo he dicho a ti. Son los fines de semana y no te cortaría los días de estudio.
- Dani, el pueblo.
- Ya ya, lo tengo grabado a fuego de tantas veces que lo dices.
Dijo molesta.
. No es mi culpa.
- ¡Joder! No sé qué decir ya para que no te vayas.
Ni yo tampoco.
- Nos vemos el lunes anda.
- Eso, eso. Que no se te olvide pasar luego los apuntes de Lengua.
- Escríbeme.
Siempre olvidándome de las cosas del instituto. Así de despistada soy yo. No tanto como quien estaba cerca de mí. Mirando a todo su alrededor como buscando a alguien. A mí.
En shock. Así me quedé. Imaginándome que pasaba por su mente en aquellos momentos. Como si fuese la mía.
Ya no la veía en pijama ni con el moño a lo loco sino con sudadera negra, pantalones vaqueros anchos y sus zapatillas blancas de siempre. Su bola de pelo al lado. Tan chiquito y peludo como siempre.
Corrí los pocos metros que quedaban para llegar a ella.
Los nervios y miles de sentimientos entraron en mí.
- Hola peque. ¿Me echabas de menos?
No salían mis palabras del cuerpo. Toda mi atención estaba en Kiara. Su cuerpo pegado al mío al abrazarla. Su olor a colonia dulce. Su voz al decir peque.
- Estás aquí.
Dije en un susurro.
- Estoy aquí.
- Hey Bolt, ¿tu tambíen me echabas de menos?
Lo cogí en brazos y casi consiguió lamerme la cara. Vaya juguetón...
Amigos del instituto saludaban a kiara . Sorprendidos aunque no tanto como yo, se acercaron a ella.
- ¡Ei, Kiara! ¿Cómo estás?
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Tranquila Kiara
Random¿Culpa del pasado? Un pasado lleno de adrenalina. Un mundo en el cual nunca sabías lo que te podrías encontrar. Poco a poco, con el apoyo de Iris y su familia, continuaba su vida con el objetivo de acabar sus estudios. Cuando por fin sientes que n...