Capítulo V

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Los dos chicos estaban sentados en el suelo de la habitación. Habían terminado de comer en silencio y habían acabado apoyados uno contra la espalda del otro. Les gustaba notar la presencia del otro y disfrutaban en silencio de ese momento con las miradas perdidas.

- Dime que tienes algo planeado. – Hanma rompió el silencio a la vez que dejaba salir el humo de un cigarro de su boca – No quiero acabar debajo de un puente.

- He oído un nombre. – dijo serio Kisaki – Nunca lo he visto en persona pero dicen que es muy bueno haciendo dinero. Según la información que tengo su banda se disolvió hace poco, es nuestra oportunidad para darle una nueva casa. Entre los dos podremos convencerle para que se una a nosotros.

- Me he quedado con lo de que sabe hacer dinero. – soltó el chico alto mientras soltaba otra bocanada de humo.

- Deberíamos hacernos también con una banda para tener peones por toda la ciudad y con eso... - el chico moreno hablaba pero ya no se dirigía a Hanma, su cabeza había empezado a maquinar un plan para poder llegar a su objetivo y reflexionaba en voz alta para organizar sus ideas.

El más alto se incorporó y se puso de cuclillas delante del otro chico, éste seguía en su mundo intentando elaborar un plan digno de una novela mafiosa. Hanma encontró adorable ver como el cerebro de Kisaki maquinaba mientras movía los labios velozmente, aunque no se entendía nada de lo que decía ya que prácticamente susurraba. En realidad había encontrado adorable al moreno desde el primer momento en que vio su cabeza asomar en esa esquina. No sabía que lo había atraído de él pero la noche en que lo conoció no había dormido. Cuando dejó a Kisaki en el portal de su casa fue a recorrer las calles en busca de información sobre aquel joven que lo había cautivado tan rápido. Lo único que había sacando en claro era que durante los últimos años se había relacionado con bandas juveniles, nunca fue el jefe pero parecía que tenía influencia sobre los demás miembros.

Hanma se había ensimismado mientras recordaba esa primera noche, la noche anterior. Le parecía increíble el vuelco que había dado su vida desde que el bajito había aterrizado sin aviso en ella. Había algo en él que lo atraía sin poder resistirse. Tenía un aura que nunca había sentido y eso le picaba la curiosidad. Cuando Hanma volvió a la realidad se dio cuenta que dos ojos azules lo miraban fijamente, parecía que esperaban una respuesta. El alto solo podía pensar en que quería abalanzarse sobre Kisaki y besarlo hasta quedarse sin aliento. Instintivamente su cuerpo empezó a inclinarse hacia adelante pero el moreno se levantó de un bote.

- ¿Me estás escuchando? – dijo Kisaki mosqueado porque su interlocutor parecía no prestarle atención – Tenemos que movernos, solo tenemos una semana y no sabemos ni por donde empezar.

Hanma respondió solo con una sonrisa. Las ganas de besarle le habían dejado un agujero enorme en el interior. Se levantó y siguió al otro joven hasta la calle sin proferir palabra alguna. Solo podía pensar en esa imagen que se había formado en su cabeza de los dos besándose.

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- ¿Cómo se llamaba?

- Hajime Kokonoi.

- ¿Lo has oído, imbécil? Dime donde coño puedo encontrar al Kokonoi este.

Hanma sostenía a medio metro del suelo a un chaval de unos 18 años sujetándolo con una mano. El joven desconocido tenía la nariz rota, un ojo hinchado y había perdido un par de dientes.

- De verdad que no sé donde está, hace semanas que nadie lo ve.

Hanma apretó su mano alrededor del cuello del chico.

- La última vez que alguien lo vio estaba en un bar llamado Sunshine – balbuceó el chico con el último aliento que le quedaba.

- Mira por donde resulta que si sabías algo – dijo Hanma riendo mientras tiraba el chico al suelo. Le asestó una patada en el estómago.

Kisaki estaba absorto viendo como el alto torturaba al otro joven. Era increíble lo fácil que es conseguir lo que quieres cuando mides metro noventa y tienes a todo el barrio aterrorizado. El rubio empezó a fijarse en la figura de su acompañante, era realmente alto y delgado pero tenía mucha facilidad para encontrar los puntos de dolor de los demás. Sentía una especie de excitación cada vez que una de esas manos tatuadas golpeaba al joven desconocido. Sus ojos azules miraban con fascinación los movimientos de Hanma y recordaba el tacto suave de esas manos en su cintura. "¿Sería capaz de hacerme a mí el daño que le está haciendo a ese desgraciado?" se repetía el moreno silenciosamente, realmente el de la mecha rubia parecía aterrador.

- ¿Crees que tenemos suficiente? – dijo Hanma mientras colocaba ese largo brazo sobre los hombros de Kisaki. El rubio volvió en sí de golpe.

- Claro ¿sabes dónde está el local este?

- Por supuesto, es uno de los baretos que te he enseñado esta mañana. Pero no creo que dejen entrar a menores.

- ¿No puedes conseguir que me dejen entrar? – sugirió el rubio con media sonrisa dibujada.

- Yo te conseguiré todo lo que quieras – respondió el alto devolviéndole la sonrisa.

La mano de Hanma descendió suavemente por la espalda del rubio hasta la cintura. Con un movimiento de muñeca lo giró y lo abrazó contra su cuerpo. Kisaki se encontraba rodeado por el brazo de Hanma igual que esa misma mañana, el alto lo sujetaba con firmeza contra su cuerpo, pero esta vez estaban solos en un callejón donde nadie les interrumpiría.

- ¿Todo lo que quiera? – susurró el bajito – No creo ni que puedas imaginar donde llega eso. – el bajito miró fijamente al alto – Yo quiero la luna.

- Yo mismo te la bajaré.

Hanma no pudo contenerse, esta vez no dejaría escapar la oportunidad. Le cogió la barbilla con la mano que tenía libre y hundió sus labios contra los de Kisaki. Su pecho ardía, agarró la cabeza del moreno para que ese beso no terminara. Mientras notaba los suaves labios del moreno contra los suyos sabía que sería capaz de bajarle la misma luna si el otro se lo pidiera. Esos dos días a su lado le habían devuelto a Hanma ese cosquilleo que tanto anhelaba.

Kisaki no era capaz de asimilar lo que estaba pasando, solo quería más. Apretaba con fuerza sus labios contra los de Hanma mientras agarraba con firmeza la camiseta del más alto. Abrió despacio la boca y en seguida noto como la lengua del otro buscaba la suya para jugar con ella y fundirse en un beso aun más profundo. 

Nota

Siento la espera de este capítulo, estaba un poco bloqueada pero ha bajado el dios Kokonoi para iluminarme. Muchas gracias por leer mi historia, me encanta leer vuestros comentarios ♡

Yo quiero la luna [Hankisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora