Capítulo VI

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Los dos chicos andaban silenciosamente por la calle. Después de ese beso tan apasionado los dos se habían mirado fijamente, abrazados, sin atreverse a decir nada. Cortando completamente el ambiente Kisaki sugirió ir al Sunshine por si allí alguien podía ayudarles a encontrar información sobre Kokonoi.

Uno al lado del otro se dirigían hacia el local, Hanma caminaba dando saltos con sus largas piernas al lado de Kisaki, el cual arrastraba los pies y no se atrevía a desviar la mirada del suelo. Cuando llegaron Hanma se puso a charlar con el segurata del sitio, resultó ser amigo suyo y no dijo nada cuando ambos chicos entraron al local.

El ambiente era bastante más tétrico de lo que su nombre anunciaba. La luz era muy débil y apenas se podían distinguir las mesas que ocupaban gran parte del espacio. Era primera hora de la tarde por lo que, como era de esperar, el local estaba prácticamente vacío. Hanma se acercó al camarero que limpiaba vasos detrás de la barra.

- Hola guapo – dijo Hanma mientras le dedicaba una sonrisa de las suyas al camarero.

El bello de la nuca de Kisaki se erizó.

- Hacía mucho que no te pasabas por aquí – respondió el camarero mientras le devolvía a Hanma la sonrisa.

- Últimamente he estado explorando el mundo.

"¿Qué coño significa eso?" pensó el bajito "seguramente nada".

- Estamos buscando a alguien – intervino Kisaki que se había cansado de presenciar el coqueteo entre el camarero y Hanma.

El camarero le dedicó una mirada de desprecio al bajito.

- Se llama Kokonoi – completó Hanma con media sonrisa dibujada en el rostro – ¿sabes dónde podemos encontrarlo?

El camarero se limitó a señalar la esquina del bar con la barbilla. Hanma lo miró fijamente unos segundos y agarró el brazo de Kisaki para dirigirse hacia donde le habían indicado. En la esquina más oscura del antro había una mesa ocupada únicamente por una persona.

La extraña pareja se plantó delante de la mesa mirando fijamente al chico que había sentado en ella. Tenía el pelo negro, rapado por un lado. A Kisaki le pareció uno de esos peinados de idols que tan de moda estaban.

- ¿Kokonoi? – preguntó Hanma.

- Quien sois y que queréis.

Kisaki se sentó en una de las sillas libres.

- Venimos a proponerte un negocio – dijo el moreno con una expresión seria.

- Dudo que podáis ofrecerme nada interesante – dijo Kokonoi mientras los miraba con desprecio.

- Te has quedado sin peones. – dijo Kisaki mirando fijamente a su interlocutor – Dudo que puedas conseguir mucho tu solo, nosotros te ofrecemos mano de obra a cambio de entrar en tu negocio. Hasta podríamos ampliarlo.

El moreno sabía que estaba negociando con las manos vacías, pero confiaba en su capacidad de obtener lo que quería y en la de Hanma de acojonar a quien hiciera falta. Sin mucho esfuerzo sabía que podrían reclutar a bastante gente ¿a quién no le interesaba en esos tiempos sacarse un dinerillo extra?

Hanma observaba la negociación de pié, detrás de la silla de Kisaki. Ni siquiera seguía la conversación, no le interesaba, pero le gustaba ver como Kisaki usaba su labia y como disfrutaba haciéndolo.

El chico con media cabeza rapada miró a esa extraña pareja fijamente mientras consideraba los pros y los contras de su oferta. No inspiraban mucha confianza, el más pequeño aparentaba estar aun en el instituto y el otro... bueno el otro ya sabía quién era, alguien en quien no se podía confiar. Pero el pequeño tenían razón, con la disolución de su banda, los Black Dragons, había perdido a sus peones, a su mano de obra, además de sus contactos y posibles negocios con la yakuza.

- Es cierto que me he quedado sin mis minions – respondió finalmente – pero no me gusta perder el tiempo, y mucho menos cuando hago negocios.

- Ninguno de los tres tiene ganas de perder el tiempo – respondió veloz Kisaki – nosotros también vamos a contrarreloj.

El moreno dirigió su mirada hacia Hanma, que estaba plantado como una farola detrás de él. "Ni siquiera está prestando atención a la conversación" pensó el rubio "todo esto lo estoy haciendo por él ¿en que estará pensando?" sus pensamientos empezaron a acelerar "¿en ese camarero?"

La mano de Hanma aterrizó sin previo aviso sobre la mesa, asustando a los dos chicos que estaban apoyados en ella.

- Somos tu mejor opción – soltó suavemente el más alto mientras dedicaba a Kokonoi una mirada claramente amenazante.

Kisaki sonrió.

- Habéis tenido suerte – dijo Kokonoi, fingiendo tranquilidad ante la amenaza de Hanma – llevo una semana parado y eso no me gusta. Acepto vuestra propuesta, pero si en dos semanas no hemos sacado ningún beneficio se acabó.

- Que sea una – replicó Kisaki con media sonrisa.

Los tres chicos se dirigieron hacia la puerta del bar. Hanma lideraba la comitiva, seguido por Kokonoi y al final Kisaki.

- Hasta la próxima guapo – dijo el camarero para despedirse del más alto – espero verte pronto.

Hanma le dirigió una sonrisa mientras salía por la puerta.

- Lo dudo bastante – susurró Kisaki respondiendo al saludo del camarero.

- No te hagas ilusiones – dijo el camarero con una sonrisa en la cara – Shuji se cansa rápido de sus juguetes.

- Eso valdrá para ti – replicó el moreno antes de cerrar la puerta detrás de él.

Nota

Siento mucho la espera para este capítulo, han sido dos meses difíciles. Espero que no os decepcione me ha salido más cortito que los anteriores. Muchas gracias por dedicar tiempo a leer mi fanfic, me alegra mucho ver que os gusta ♡

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2021 ⏰

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Yo quiero la luna [Hankisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora