Susurros

16 0 0
                                    

Cómo todos en esta vida he perdido a alguien, y si... Me refiero a que un ser al que amaba murió, al principio es muy duro acostumbrarse a no verlos más, a qué jamás oirás su voz de nuevo, que simplemente ya no forman parte de tu vida.

Estaba de visita en su tumba, acostumbraba ir a ver a mi madre y charlar con ella, de alguna forma me era liberador hablar aunque no recibiera respuesta de su parte. Recuerdo en particular está visita, muchos de mis amigos eran bastante supersticiosos y les daba miedo esa fecha en particular ya que era un 2 de noviembre, día de muertos en mi país, está creencia decía que durante el 1 y 2 de noviembre las almas de nuestros difuntos nos acompañan y por esa razón ellos le temian a los cementerios.

A mí me daba igual esa superstición, en parte por mi abuela, también fallecida, ella me decía "teme más a los vivos que a los muertos" entonces ese tema de lo paranormal no me daba miedo, tampoco es como si lo tomara a la ligera y me pusiera a jugar a invocaciones solo por el hecho de no creer en ello.

Cuando salía del cementerio vi pasar a una niña pequeña, lo que  me causo extrañesa pues la pequeña iba sola rondando por los pasillos que formaban las tumbas. Intenté alcanzarla pero ya no la encontré.

Cuando iba llegando a mi edificio me tope con un amigo mío que vivía cerca, le conté lo que me había pasado y solo por molestar me empezó a decir que era el alma de un niño que había venido el día anterior a ver a su familia, ese comentario no me dio gracia así que solo me despedí de el y fui a mi departamento donde me puse a acomodar algunas cosas que había comprado de camino.

Hice mi día normal como siempre, al anochecer prendí las veladoras que estaban a un lado de la foto de mi madre, me dirigí a la cocina para buscar algo de agua para evitar que las velas fueran a ocacionar un insendio. Al estar en el lavatrastes abriendo la llave del agua escuche en un susurro apenas audible un "Lucía", obviamente ese era mi nombre, dicho susurro me produjo una sensación de terror ya que yo vivía sola, por un momento mi mente se calmo y pensé que era una broma de mi amigo que estaba tras mi puerta diciendo mi nombre para pegarme un susto.

Deje los pequeños tazones con agua en la tarja y abrí la puerta, no había nada en el pasillo, ni una persona si quiera, esto me inquieto más y dude en pasar la noche en mi departamento, al final no encontré con quién más ir, la mayoría de mis amigos pasaban el día de muertos en casa de algún familiar y se reunían con toda su familia, yo por otro lado me quedaba aquí, entonces reuní todo el valor que me quedaba para entrar.

A partir de ese día no volví a poner fotografías en el altar de muertos.

Relatos paranormalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora