Murmullos del alma ©

1. Admitir.

Lo admito.

Admito que extraño tus buenos días,
extraño el interés que constantemente tenías
sobre lo que hacía en mi vida.

Extraño el saber de cómo iba tu día
y extraño también lo travieso de tí,
pues, no sé decir si eras loco
o simplemente la version que yo conocia de tí,
aquella que no existe en tí.

Admito que mis días a veces estan mejores sin tí,
como también admito que quisiera saber de tí, quisiera saber si aún coincidimos en algo,
pero temo que he cambiado mucho desde que me fui,
pues, lo único que me quedó de tí
es una simple lección,
una leccion que tarde o temprano debo aprender.

Admito que para mi será difícil entender
el porqué te fuiste sin aviso,
despedida
o sin un simple adiós.

Admito que ya te superé,
que eras simplemente un capricho
que debía dejar de tener,
llegaste a mi vida cambiando todo,
cambio al que fue fácil acostumbrarme,
tanto que al irte se me hizo difícil acomodar tu desastre.

Pero entonces,
¿admites que en tu vida fui un capricho también?
No te voy a mentir,
nuestras risas,
nuestras fotos,
nuestras charlas,
nuestros momentos,
nuestros gestos,
les hicieron creer a todos que estábamos enamorados,
incluso lo creímos nosotros también.

Finalmente admito que me costó saber
que a mi lado no te iba a ver,
que risas ya no íbamos a tener,
que los fuertes abrazos se habían acabado
y que mi cabeza en tus piernas ahora era un gesto raro.

Y como tú no seré,
pues, yo si me despediré:

Te digo adiós,
adiós a lo que un día fuimos
y adiós a la versión que de ti creé.
Te digo adiós,
sin embargo,
siempre ocuparás un espacio en mi corazón.

Espero que ya me hayas reemplazado
pero queda en ti saber
que en busca de tu reemplazo mi tiempo perderé.

Y lo admito,
admito que,
eres eso que me costó tener
y cuando lo tuve
no supe qué hacer.

- Del <3