JeongWoo ladeó su cabeza al ver a Sayumi sentada sola en el salón, se acerco para ver que ocurría pues normalmente jugaba con sus compañeros.
—Sayumi—La menor volteó y sonrió al ver a su maestro—¿Por qué estás aquí sola?
—Uhm, no quiero jugar—JeongWoo la miró preocupado.
—¿Pasó algo? ¿Tuviste algún problema con tus compañeros?—La menor negó—¿Entonces? Sabes que me puedes decir lo que sea—Le sonrió.
—Sonríe muy bonito—JeongWoo se avergonzó un poquito—Ellos tienen dos papás y yo no.
—Pero tienes a tu papá, él seguro te quiere mucho y eso es lo importante, que te quiera—Sayumi asintió.
—Mi papá me quiere muchisimo, es el mejor papá del mundo—El pelinegro asintió.
—Ve a jugar antes de que de acabe el recreo—Sayumi le sonrío y se levantó de su asiento, salió corriendo para buscar a sus amigos.
JeongWoo sonrió, era una niña muy tierna, se fue a su escritorio para revisar los cuadernos de sus alumnos, mientras revisaba recibió un mensaje de su hermano demostrándole que ya tenía un trabajo, dejo de prestarle atención al ver cómo uno de sus alumnos entraba llorando, se preocupo así que dejo todo para llevarlo a la enfermería pues sus bracitos estaban raspados.
—Listo—Murmuró cuando término—No pasó nada—Le sonrió al menor—¿Y qué pasó?
—Sayumi es mala—JeongWoo ladeó su cabeza—Ella me empujó y me caí, es mala.
JeongWoo ayudo a su alumno a tocar el suelo y juntos caminaron al salón pues ya era momento de entrar a los salones, al llegar varios de los niños estaban corriendo y al sentir su presencia se fueron a su asiento, envió al infante junto a él a sentarse y comenzó la clase, claro que en la salida buscaría hablar con quién sea que recoja a Sayumi.
[…]
—A ver pequeña—Sayumi miró a su papá—¿Por qué empujaste a tu compañero? Eso no está bien, pequeña.
—Pero estábamos jugando—Haruto negó.
—Pequeña, tu maestro dijo que tu compañero le dijo que lo empujaste, y yo quiero que me digas la verdad—Tomó las manitas de su hija—No te voy a regañar mi niña, pero en verdad necesito que me digas si lo empujaste o no—Limpio con delicadeza una lágrima que se deslizó por su mejilla—No llores, sólo dime si o no.
—Si—Balbuceó la menor mientras tallaba sus ojitos con sus manitas hechas puño.
—Mi niña, ve a jugar debo hablar con tu abuelita, ya, no llores o estoy enojado—Acarició con amor la mejilla de su hija—Anda ve a jugar.
Sayumi asintió y se bajó del sofá para ir a organizar una fiesta de té con sus peluches, mientras Haruto caminaba a la cocina donde estaba su madre.
—Eres blando—Comento su madre—Pero eres un buen padre.
—Y eso es lo único que importa, mañana debo ir a su escuela y nuevamente llegar tarde al trabajo—Tallo su rostro con algo de frustración, no le molestaba atender asuntos de su hija, pero no podía estar llegando todos los días tarde a su trabajo.
—Te ayudaría pero en las mañanas estoy ocupada—Haruto asintió.
—Lo sé, por eso no te lo pido, ya veré que hacer para que esto no se repita seguido—Suyen le sonrío—Pero es muy extraño que Sayumi de pronto se comporte de esta manera, ella es tranquila no es problemática.
—Tal vez pase algo en la escuela, algo que la haga actuar de esa manera—Haruto miró a su madre y colocó su mejilla derecha sobre su palma.
—¿Tu crees?
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Papá, ¿Estás Enamorado?
Novela JuvenilEl mayor tesoro de Haruto es su pequeña y tierna hija de 6 años. Por años lo subestimaron diciendo que no podría cuidar adecuadamente a su pequeña si era sólo él, y por supuesto que demostró que por su hija era capaz de todo. Pero la idea de criar a...