Capítulo I Maldito

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La luna en su fase creciente brillaba sobre los empinados árboles del oscuro bosque del pequeño pueblo llamado Escarlata. Atravesando la densa arboleada, un camino a penas visible conducía a la acogedora cabaña construida por Cassian meses atrás. Fue su mejor trabajo, al cual le dedicó años de su vida. El fuego calentaba el interior de la gran habitación, donde los licántropos se reunían para compartir una comida caliente. Elizabeth estaba leyendo para su primera clase en la prestigiosa academia Blakewood, se notaba insegura, era un cambio importante en su vida. A pesar de que fingía que tenía todo bajo control, aquella decisión era todo un desafío para la joven licántropo. 

— Lo harás bien, Elizabeth— dijo Cassian. 

— A ti te iba muy bien en la escuela, yo me escapaba de las clases— comentó ella.

Cassian rio levemente y decidió que continuaría con su lectura, él también había decidido asistir a la academia. Al menos Elizabeth no sería la única en estar en la posición de arriesgar su mayor secreto: convertirse en lobos cuando la luna llena reinaba en el cielo. Elizabeth, por su parte, jugaba con un dije de lobos que le había obsequiado su madre cuando ella era una pequeña niña llena de vida.

— Ciervo asado, es lo mejor que pude conseguir— dijo Talbot  apareciendo en la habitación.

El castaño dejó la bandeja en el centro de la mesa, luego repartió los platos mientras los otros dos jóvenes colocaban las copas y servían un delicioso vino de tono escarlata. Una vez que estaban todos sentados, comenzaron a disfrutar del platillo que Talbot preparó.

— Oí que llegaron muchos jóvenes de otros pueblos para asistir a la academia— comentó Talbot mientras cortaba la carne— Me dijo Violet que este año logró pagar la inscripción así que serán compañeros de ella.

— ¿Y qué hacías hablando con Violet? Hace tanto tiempo que no veo a otras personas— Elizabeth soltó una risa.

— Como sabrás, querida Elizabeth, yo trabajo repartiendo leña, esta tarde pasé por su cabaña— respondió Talbot con tono neutral.

— Yo he visto a Gerard, el brujo será nuestro profesor— rio con sarcasmo el joven Cassian— Yo podría ser su profesor, si tan solo..

— Creí que no estabas arrepentido de haber dejado los estudios de lado por esta cabaña— lo interrumpió Elizabeth.

— Claro que no estoy arrepentido— negó con su cabeza— En esta habitación cabrían veinte de nosotros, o quizás más. Pero, mírennos, sólo somos tres...

— Seremos más, se correrá la voz de que nuestra manada sigue en pie— acotó Talbot— Los chupasangre no se saldrán con la suya— murmuró con odio— ¿Y ustedes piensan que van a aprobar las materias? Metiéndose en la boca de los vampiros..

— No le tengo miedo a esos idiotas— recalcó Elizabeth— En todo caso, Gerard sería el único que intervendría en nuestras calificaciones; los vampiros son dueños de la academia, pero no manejan esas cosas— aclaró la castaña. 

— Que fe ciega en el brujo— bromeó el mayor de los licántropos— Me pregunto que favores les habrá hecho a los vampiros para permitirle que sea el profesor de mayor trascendencia. 

— ¿Qué no es obvio?— arqueó las cejas Talbot— Está allí gracias a Skylah; no sé como se pudo involucrar con una chupasangre. 

— Oí que rompieron— acotó Elizabeth.

Sus compañeros la miraron con una sonrisa burlona, incomodando a la licántropo.

— Pueblo chico, infierno grande, todos sabemos todo sobre todos, los chismes vuelan rápido, no me miren así— parloteó Elizabeth quedándose sin aire debido a la rapidez de sus palabras.

La Maldición de Escarlata - Zodíaco (Actualizaciones lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora