El cielo seguía estando gris, aunque la lluvia había cesado hacía sólo un par de horas. La noche se acercaba devorando la poca luz que quedaba en la oscura Escarlata. La mansión parecía estar más silenciosa que de costumbre, los vampiros estaban algo desanimados aquel anochecer, sin saber que lo peor todavía no había llegado.
La campana antigua de su portón de rejas al estilo victoriano, sonó estrepitosamente. De inmediato comprendieron que algo malo significaba, nadie los visitaba a esas horas, a menos que se tratase de una de las tantas veladas sangrientas que Asher organizaba, pero que, por alguna razón, ya no disfrutaba tanto como antes.
Cassie fue la primera en llegar al portón, era silenciosa pero siempre estaba al tanto de todo, y era increíblemente rápida. Llevó sus manos a su pecho cuando sintió que algo presionaba en él: el temor.
— ¡Asher!— lo llamó con desesperación.
Se agachó sobre los adoquines mojados y recogió con sus manos el pedazo de prenda ensangrentada.
— ¡Demonios!— exclamó Asher comprendiendo la situación.
— Tenemos que decirle, estuvo todo el día encerrado en la habitación de ella— murmuró Cassie apenada.
— ¿Decirme qué?— preguntó Elijah.
Estaba apoyado en el marco de la puerta, pero de un segundo a otro, ya se encontraba junto a la reja.
— No, no, no, no— Elijah negó repetidas veces sosteniendo la prenda en sus manos— ¡NO!— soltó un grito antinatural, hasta los animales en el bosque lo habrán escuchado.
— ¡Ese pedazo de mierda!— maldijo Cassie— Fue Randall, estoy segura.
El retazo del vestido ensangrentado que dejaron en su puerta, como un mensaje, una amenaza, pertenecía a su hermana de la noche, Skylah.
— ¡CARAJO!— Asher no podía contener la rabia— Voy a ir a buscarla.
— Alto— Cassie puso una mano en el pecho endurecido del vampiro— Está buscando que caigamos como moscas. Si vas ahora, solo, te asesinará— le advirtió la joven.
— Pues yo no pienso esperar— sentenció Elijah dispuesto a marcharse.
— ¿Siquiera sabes a dónde vas a ir a buscarla?— Alelí se colocó delante de él impidiéndole el paso.
Ella también era rápida y silenciosa, siempre llegaba en el momento justo.
— Supongo que patearé todas las puertas— murmuró Elijah decidido, quería irse.
— ¡Alto!— exclamó Cassie con impaciencia— Todos queremos ir a buscarla, pero no podemos ser estúpidos y lo saben.
— Lamento decirles que fueron Randall y Georgina, también se llevaron a Phoebe y Lilibeth— agregó Alelí.
— ¿Cómo lo sabes?— preguntó Asher.
— Fui a la casa de Gerard a retirar algo y... su casa estaba destruida, tuvo un enfrentamiento con Georgina— explicó la pelirroja.
— Juro que voy a matar a esa perra— gruñó Cassie.
Como si el cielo llorara la ausencia de las jóvenes sobrenaturales, una lluvia torrencial y anormal cayó sobre los hermanos de la noche sin previo aviso. Ninguno se atrevía a moverse ¿A quién le importaba si el tiempo se había vuelto loco? Algo dentro de ellos estaba por quebrarse. Hacía mucho tiempo que habían estado en paz, sin sustos, que se habían sentido a salvo, libres.
Pero ahora el cielo lloraba como los ojos cristalinos de Elijah. Los truenos rugían como el corazón alterado de la joven Cassie. Los relámpagos cegaban a quien los viera, como la rabia de Asher, su líder y protector. El viento era frío, como la vampiresa, Alelí, quien no quería aceptar la realidad para evitar sufrir.
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La Maldición de Escarlata - Zodíaco (Actualizaciones lentas)
Novela JuvenilCuentan que en el bosque del pueblo Escarlata cosas extrañas suceden, tan misteriosas que han logrado atrapar las vidas de jóvenes curiosos que jamás logran regresar a sus casas, o por lo menos no de la misma forma en la que partieron. Las criaturas...