Mi nombre es Margaret Pendleton y voy en primer semestre de preparatoria...
Desde que era pequeña siempre recibí bullying por mis compañeros de escuela, cuando iba en el kinder todos se burlaban de mí por tener el cabello blanco como si eso fuera malo, todos me decían que era una anciana era raro como unos niños tan pequeños podían ser tan crueles o si no me apartaban de sus juegos y siempre estuve sola...
Se suponía que era una niña y debía de tener muchos amigos pero en ese entonces los únicos amigos que tenían se llamaban soledad y tristeza, cuando entre a la primaria pensé que todo cambiaría que podría tener aunque sea amigos con quieres hablar y pasar el rato, pero de nuevo pasó lo mismo. Todos me hacían el feo y no me podía acercar a ellos porque siempre que lo intentaba me empujaban o me pegaban, aún siendo una niña y en mi primer año recibí una gran cantidad de insultos, en segundo año ni hablar las cosas eran mucho peor, siempre me quitaban mis cosas mientras el profesor no ponía atención, muchas veces no podía comer nada porque me tiraban mi comida y en muchas otras llegaba mojada a mi casa. En tercero las cosas de calmaron un poco ya que empezaron a dejar de molestarme un poco, pero aún así seguían llamándome por apodos feos y vulgares. Después de que me acusara más de mil veces no pasaba nada, ya se me hacia una rutina diaria en realidad, no tener amigos y lo único que había por hacer era leer o dibujar, a mitad de tercero todos me empezaban a hablar, sentí que ya por fin mi vida podía ser normal, tener amigas con quién platicar ir a sus fiestas de cumpleaños o hacer una que otra pijamada que ingenua fui cuando por fin creí que todo era perfecto volvieron los apodos horribles y los abusos físicos. Todas las noches lloraba en mi habitación, rezaba para que mi vida fuera normal pero no había un cambio. Cuarto de primaria todos los días me tenía que esconder para que no me molestaran, así que siempre me escondía en la biblioteca escolar y así seguí hasta quinto de primaria.
En las vacaciones mi mamá me metió a cursos de piano, tenía que admitir que la música clásica era hermosa, la melodía que salía del piano era tan hermosa que siempre que la escuchaba quedaba enamorada.
Al poco tiempo me volví muy buena que empecé a participar en concursos de piano, mayormente me llevaba el segundo o tercer lugar pero cuando me llevaba el primero me sentía tan feliz que sentía que todo mi esfuerzo era recompensado. Así si seguí hasta que las vacaciones terminaron, me había enamorado tanto del piano que dejarlo de tocar me parecía triste ya que el era mi único amigo, mis padres se dieron cuenta y como regalo me compraron un piano para que lo pudiera tocar cada ves que quisiera estaba tan feliz de poder hacer lo que me gustaba sin salir de casa.
Empezando quinto todo era muy aburrido para mí, me aburría fácilmente, no entendía de como socializar o de que se sentía que alguien que no fuera tu familia estuviera en tu fiesta de cumpleaños, era raro ver a todos reír y jugar juntos ya no intenté acercarme a nadie aunque ya no me molestaban decidí leer libros, tocar el piano y dibujar las 3 cosas que me gustaban. Sexto de primaria nada interesante fue casi la misma rutina todos los días. Hasta que llegó ese día...
Iba a faltar a la escuela por mi cumpleaños mis padres habían decidido llevarme al zoológico y hacer lo que yo quisiera, pero cuando íbamos de camino tuvimos un accidente un choche que venía a máxima velocidad choco contra nosotros el conductor venía super borracho tanto que no sobrevivió, en mi caso ese accidente me costó mis piernas, perdí mi habilidad para caminar, por suerte a mis padres nos les pasó nada malo solo unas fracturas y huesos rotos algo que el tiempo podía curar, pero yo tenía que vivir con 2 cosas, la primera era que ya nunca más podría volver a caminar y la segunda era que ya no podría volver a tocar el piano. Llore por meses por ya no poder caminar, lloraba todos los días porque ya no podía ir a caminar o correr y mucho menos tocar a mi querido amigo... Después del accidente falte lo que quedaba de clases. No tenía humor para ir y que los demás se burlaran por no poder caminar, siempre estuve sola pero con esto lo estaría más.
Cuando entre a la secundaria sentía que todos me juzgaban y hablaban mal de mi a mis espaldas, aparte de ser difícil ir de un lugar a otro con la silla de ruedas, estaba feliz de no haberlas perdido pero por lo que estaba triste era por ya no moverlas.
Hasta que conocí a esa chica, se llamaba Angélica era tan asombrosa que siempre me ayudaba a moverme con mi silla de ruedas, ella era la que me llevaba a todos lados, era súper linda, tenía un cabello color café y sus ojos parecían miel, y su boca era tan roja como una fresa aparte de que usaba unos lentes color rosita claro, era hermosa aparte era la más inteligente del salón y siempre apoyaba al que lo necesitaba, para mí era la chica perfecta ella era todo lo que quería ser, siempre estaba conmigo y siempre me contaba de su amigo Fernando aunque bueno ella decía que era su amigo pero siempre lo mencionaba como su hermano, me sorprendió saber que éramos casi iguales solo que claro el si podía caminar, ella me contaba que era una persona muy seria pero amable, que ayudaba a quien lo necesitaba pero siempre estaba solo, me enamoré de él por las cosas que Angélica me contaba era la persona que siempre busque pero también me contó Angélica que el tuvo problemas en su pasado, y ella siempre lo defendía, bueno el tuvo suerte de tenerla pero en mi caso nadie estuvo para mí, ella era mi mejor amiga que todos los días hablábamos por mensaje cuando no estábamos en la escuela, al fin supe cómo se sentía salir con una amiga, también como se sentía que alguien te acompañara en tu cumpleaños era bonito tener compañía, mi corazón se había congelado por todo lo que había vivido pero ella poco a poco lo iba descongelando pero todavía quería conocer a Fernando, tanto que siempre le insistía que me pasará su número o me lo presentará pero ella no accedía, no sabía el porque, pero bueno poco a poco empecé a dejarle de insistir pero todavía lo quería conocer me había enamorado deja persona que no conocía era raro, pero cuando por fin pasamos a segundo de secundaria todo empezó a ser más divertido junto a Angélica, todos los días me acompañaba a mi casa, aparte de estar siempre en la escuela con ella era súper amable cada ves que salíamos de paseo ella me apoyaba llevándome pero aun así nunca se molestaba, más bien parecía que le agradaba ayudarme.
Cuando entramos a tercero de secundaria todo se volvió más raro porque ella me dejó de contar de Fernando cada ves que le preguntaba algo de el siempre ponía una cara triste y cambiaba de tema. Pero aún así ella tenía el mismo carácter amable, pero no me gustaba verla triste pero que podía hacer yo si no me quería decir. Cuando salimos de la secundaria ella me dio la mejor noticia de mi vida, me había dicho que Fernando se iría a la misma preparatoria que yo y Angélica nos iríamos estuve súper emocionada porque al fin conocería a la persona que me gustaba. Cuando entramos no supe quien era, pero cuando le preguntaba a Angélica no me decían quien era hasta que un día ella me dijo que fuera a la biblioteca a la hora del descanso que el estaría esperándome ahí, ese día estuve súper nerviosa y no sabía cómo reaccionar, tenía tanta pena que no quería ir pero me arme de valor y fui, era súper lindo y más tímido de lo que pensaba pero aún así me controle bastante para que no se me notara mi vergüenza, estaba con el chico que me gustaba desde hace 3 años pero apenas lo veía ese momento fue tan hermoso que lo recordaré hasta el último día de mi vida.
Cuando acabo el descanso le pedí su número y el me lo dio con una sonrisa en ese momento sentía que mi corazón explotaría... Y después me llevo a mi salón (después sigue el final del capitulo 1, el inicio del capitulo 2 y 3)
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Y ASI FUE COMO ME ENAMORE DE TI
RomanceBueno, bueno decidí volver a escribir después de que una amiga me convenciera y me da algo de pena porque ya tiene tiempo que no lo hago