Todos somos héroes. A diario nos enfrentamos con lo desconocido, con los distintos retos diarios. Los rasguños de las batallas perdidas, los fracasos y aquello que no pudimos completar del día de ayer. Nos enfrentamos a la diaria pesadez que se predica a diestra y siniestra. La falta de esperanza y la solidaridad de plástico. En medio de ese campo de batalla, al abrir los ojos somos héroes.
Lo malo es que idealizamos a los héroes, y los calificamos como aquellos de super poderes increíbles, y de vestimenta vistosa. O hacen cosas que para la gente común y corriente es imposible de realizar. Pero, déjame decirte que existen millones de héroes a nuestro alrededor, solo hay que abrir los ojos, solo hay que detenernos un poco.
Conozco a muchos que no visten de capa, o son los más fuertes; pero tienen sonrisas que rescatan y abrazos reparadores. Conozco personas valientes que a diario eligen la vida, pese a tener todos los caminos en contra, que eligen vestirse de esperanza pese a que las penumbras los rodeen. Conozco otros tantos que saben amar, que tienen el corazón roto pero aman con todos sus pedazos. Otros tantos que no dejan que el rencor se apodere de su alma, y que de a poco estrangule su brillo. Conozco a muchos héroes que tienen fe, que creen que imparten sabiduría a quien coincide con ellos. Hay tantos que se dedican a regalar de lo que tienen, y unos cuantos que siempre apuestan al amanecer en los ojos.
Todos somos héroes. Batallamos a diario con los estereotipos, con las reglas del amor, con el egoísmo y las críticas por todo lo que hacemos. Luchamos para mantenernos a flote en medio del mar abierto, por nuestros sueños alocados, por ser la diferencia en este mundo tan llenos de copias. No tendremos quizás las herramientas más fantásticas y sobrenaturales para que se reconozca nuestro heroísmo, pero tenemos alma, tenemos ganas, tenemos vida. Y cuando se aflojen las rodillas, y quieras quitarte la capa, y entregarte a la corriente, recuerda que dentro de ti existe algo, una magia, una sonrisa, una lección, una palabra, que puede salvar, quizás no la humanidad pero sí una vida.
