Dazai estaba confundido. Fyodor estaba demasiado insistente con respecto a conocer a su familia, comenzaba a ser algo fastidioso, y es que cada día el de ojos purpura le insistía en que quería ir a su hogar. El castaño realmente no entendía la razón.
Pero con tal de que Fyodor dejara de joderle los cojones, lo invitó a su casa el fin de semana, así que ahí estaba el ruso, preparándose para poder conocer a la familia de Dazai, específicamente a Chuuya, y es que desde que lo había visto ese día metiéndose a la Agencia no había podido sacarlo de su mente.
Se puso lo más guapo que pudo para poder impresionar al pelinaranja, se perfumó y se acomodó su cabello de tal forma que pudiera contemplar a su amor platónico. Dazai le había dicho que podía pasar por su casa en la tarde y como era obediente, le hizo caso.
Llegó a la residencia de su superior, había comprado unas flores y un postre para la cena, cuando el castaño abrió la puerta pudo apreciar el leve cambio en la ropa de Fyodor. Supuso que era mera presentación hacia su familia.
Y eso le agradó.
Hizo pasar al pelinegro hacia la sala, cuando Fyodor se sentó vio como un pequeño se escondía detrás de Dazai, puso su total atención en él con una sonrisa demasiado peculiar. Masaki al devolverle la mirada al ojipurpura no pudo evitar tomar con más fuerza la gabardina del castaño. Osamu se dio cuenta de la acción de su pequeño.
- ¿Qué pasa, Masaki?- preguntó confundido, sintió con el niño no dejaba de tomar su ropa con una expresión indescifrable, el más alto se hincó al lado del pequeño tomando su manita.
El bebé negó sin quitar su mirada aterrada de Fyodor, el azabache sonrió provocando que Masaki se colgara del cuello de Dazai.
- ¡Papi, arriba!- dijo el pequeño con miedo alzando sus bracitos, Dazai sin pensarlo levantó a su hijo para sostenerlo por su cadera.
- ¿Seguro estas bien? ¿Qué ocurre?- volvió a preguntar pero solo recibió como respuesta que Masaki se escondiera en su cuello.
Fyodor mientras estudiaba cada movimiento del pequeño, su intención no era asustarlo pero al menos sabía que el bebé no se le acercaría. Odiaba a los niños.
Cuando Dazai hizo pasar a la mesa al azabache, no pudo evitar mirar hacia todos lados, habían fotos colgadas en las paredes, se detuvo a apreciarlas mejor cuando se topó con una que hizo poner en su rostro una mueca.
Eran Dazai y Chuuya abrazados muy cariñosamente, Fyodor apretó los dientes con una molestia en el pecho, sabía perfectamente que era ese sentimiento, aún así no evitó rodar los ojos queriendo quemar esa fotografía. Lo único que en ese momento le importaba era estar frente a frente con Chuuya, que el pelinaranja supiera de su existencia.
Así que sentándose en el comedor esperó a que empezara la cena. Dazai ponía los cubiertos, platos y vasos en la mesa, Masaki se había quedado con Chuuya ya que el más bajo no lo soltó después de que el bebé llorara pidiéndole que lo cargara.
- ¿Quiere que le ayude en algo?- cuestionó Fyodor incorporándose pero el castaño negó repetidas veces.
- No, no. Ya está listo todo, aún así gracias.- dijo Dazai haciéndole una seña para que sentara de nuevo.
En el momento en que se volvió a sentar fue cuando su mundo se detuvo. Saliendo de la cocina con el bebé en brazos, estaba Chuuya. Fyodor juraba que el corazón se le salía del pecho, sus ojos brillaron con ilusión así que rápidamente se levantó extendiendo su mano en dirección a Chuuya.
- Mucho gusto, soy Fyodor Dostoevsky.- se presentó con una voz un poco más gruesa y esperando a que el pelinaranja tomara su mano.
Dazai se adelantó y con una sonrisa habló- Chuuya, te presento a mi nuevo subordinado, Fyodor.- dijo poniéndolos frente a frente- Fyodor, él es Chuuya, mi pareja y madre de mi hijo.- sonrió.
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Un instante || Soukoku/Shin Soukoku
FanfictionOsamu Dazai y Chuuya Nakahara llevan más de tres años de relación y a pesar de que ambos trabajan para organizaciones diferentes, no tienen problema en llevar un romance estable. Aunque todo eso cambia con la llegada de una pequeña personita que po...