10. Right where you left me

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Los amigos se separan,
los amigos se casan
Los extraños nacen,
los extraños son enterrados
Las tendencias cambian,
los rumores vuelan por nuevos cielos
Pero yo estoy justo donde me dejaste






Las cosas parecen complicarse el día después de la presentación de White Eskimo. Siendo domingo, Jay tiene el día libre y como de costumbre hace un desayuno especial. Sin embargo, el desayuno no tiene nada de especial considerando que Harry Styles está sentado a la cabecera de la mesa cuando Louis baja a comer.

—¿qué mierda haces tú aquí?—pregunta antes de poder controlar su lengua. Si la tensión en su cuerpo no refleja lo incómodo que se siente por tener a Styles en su casa, el ceño fruncido que se marca en su rostro de seguro lo hace.

—Louis—chilla Jay, aterrado por el tono y vocabulario de su hijo. Aún con el sartén en la mano y el tocino a medio freír, mira al castaño en señal de advertencia, cabeceando hacia Styles—Harry es nuestro invitado y no toleraré que le hables de ese modo. Discúlpate en este instante.

—si, Tomlinson, discúlpate por herir mis sentimientos—arremete el intruso, apoyándose en el espaldar de la silla con los brazos cruzados y una sonrisa socarrona. Luce maravilloso con el cabello en jopo y esa camisa que contornea sus brazos a la perfección, pero Louis poco determina en ello. Esta demasiado ocupado intentado lucir  intimidante con su pijama de naves espaciales.

—tú ni siquiera tienes sentimientos—resopla, cruzando los brazos con la misma altivez que el mayor—¿te echaron de casa o por qué estás aquí?

—el único que será echado de casa serás tú si sigues comportándote de este modo—interviene Jay, dejando una jarra hasta el tope de jugo sobre la mesa. El zumo de naranja salpica los bordes, manchando parte del mantel, pero ese es el último de los problemas del castaño, que mantiene una guerra de miradas con el rizado—sentado, ahora—demanda, señalando el asiento junto a Harry. Louis esta a punto de replicar que preferiría comer en el piso antes que compartir la mesa con Styles, pero recuerda que no ha barrido desde la semana pasada y se le pasa.

—no soy un perro—masculla en voz baja, pero obedeciendo de igual manera. Es extraño sentarse junto a Harry después de tanto tiempo. Sobre todo si tiene en cuenta que esta es la primera vez en tres años que Styles pone un pie dentro de su casa—Apuesto que estás disfrutando esto—susurra en cuanto Jay les da la espalda para terminar de preparar el desayuno.

—no tienes idea cuanto—responde igual de bajo, apoyando ambos brazos sobre la mesa al inclinarse hacia Louis—Ahora dime, ¿Qué se supone que hago aquí?

—si tú no sabes, yo menos—mira de reojo hacia la cocina que está abierta al comedor pero lo suficientemente lejos para hablar sin que Jay los escuche. Esta es su oportunidad de conseguir algunas respuestas—¿hace cuanto llegaste y por qué?

—diez minutos—ladea la cabeza, chupando su labio inferior al mirar el techo—quizás quince. Jay me llamó para decirme que estaba invitado a desayunar y cuando intente negarme, dejo claro que no aceptaría un no por respuesta.

Louis intenta suprimir de su cabeza el hecho de que su mamá tiene el número de Harry y que lo puede llamar cuando quiera. Definitivamente, no quiere ni imaginarse que tan seguido hablan esos dos.

—¿te dijo algún motivo en específico?

—¿Qué parte de desayunar no entiendes?—junta las cejas, irritado—Al principio pensé que había sido idea tuya, pero ya veo que no.

Golden String • LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora