sesión 7

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De camino al consultorio Jessy empezó a Preocuparse, no sabía si los recuerdos que tenía y sus sentimientos fueran a malinterpretarse. Se tomó un minuto antes de tocar la puerta y respiro. Se dio cuenta de que la puerta estaba abierta así que solo la empujo.

—¿Hola???— grito Jessy, pero no respondió nadie,— hola ¿Dr. Jones?

—Discúlpame— dijo el Dr. Jones mientras entraba ala habitación un poco alterado.

—Si quiere podemos posponer la cita.

—No, no, está bien toma asiento, cuéntame ¿qué más recuerdas de ese año?

—Como siempre Caleb y yo nos fuimos a la plaza, esa dónde tuvimos nuestro pequeño malentendido con su madre. 

Caleb intentó tomar mi mano y me alejé, pero tranquila y discretamente, no quería que se sintiera rechazado, simplemente él tenía que darse cuenta de que yo no era para él.

—“¿Qué me cuentas el día de hoy? ¿Algo nuevo?” Le pregunté a Caleb mientras yo me levantaba y me ponía al frente de él.

—“Quisiera tener otro perro, pero no me dejan en casa”- me dijo mientras bajaba la cabeza y solo podía ver la gorra roja cubrir sus ojos.

—“¿Que pasó con Teto?” 

— “Mi hermano lo vendió!, era de él”

—“¿Y porque no te dejan tener otro?” 

— “No sé, mi mamá cree que no es bueno para mí "depresión"”—dijo haciendo las comillas con los dedos y suspirando decepcionado.

—“¿No te preocupes, luego te van a dejar, cuando te mejores, sigues yendo al psiquiatra verdad?”

—“Si, pero no me entiende, y no me escucha, solo me receto unas pastillas.”

— “Debes tener fe, todo va a mejorar.”

—¿Sabes que pastillas estaba tomando?— pregunto intrigado el doctor.

—No, no lo sé, pero a veces parecía que le hacían bien y a veces no, un día me preguntó Caleb.

—“¿Puedo quedarme unos días en tu casa?, No quiero estar cerca de mi familia… Necesito distraerme, necesito estar Contigo”.

—“Claro, necesito hablarlo con mis papás, pero estoy segura de que estarán de acuerdo ellos te quieren mucho. Hoy mismo hablaré con ellos”— le dije muy emocionada»

«Llegando a casa esa misma noche Hablé con mis padres, por supuesto estaban de acuerdo en que Caleb estuviera en casa, no querían que le pasara nada. 

En cuanto le escribí a Caleb

¡ERES BIENVENIDO!

Se vino a casa, con mochila y poca ropa en una bolsa. También incluía un piercing en el labio de abajo, cosa que mis padres no iban a tolerar.

—“Quítate eso de la boca”-le dijo mi papá muy serio, pero de una manera cálida y continuo—“Se te va a infectar”.

Y entonces lo vi de cerca, “si está infectado” susurre.

— “Me lo hizo una prima hoy en la mañana”- me dijo mientras arrugaba la nariz y parecía decepcionado.

— “Pues te lo quitas, luego vamos y te haces uno profesionalmente”- le susurré para que mis papás no escucharán.

—Los días se volvieron semanas, y entonces realmente convivimos como hermanos.

Nos peleábamos por quién usaría el baño en la mañana. Y si dejaba la pasta destapada.

—“¿Quién dejó la leche afuera?”—Gritaba mi mamá, Caleb y yo solo nos veíamos mientras nos apuntábamos mutuamente.

Las mañanas se volvieron rutinarias, caminábamos juntos mientras él iba a la preparatoria yo esperaba el camión ala universidad. Y entonces lo veía irse riendo como si nada malo pasará, como si dentro de tu corazón no existiera esa oscuridad llamada depresión. »

«No la puedes ver, pero está ahí me decía. Ami misma. Y entonces tomaba el camión y por un momento respiraba.»

«Era un alivio no tener que estar cuidándolo solo por un momento, ese momento en que la responsabilidad de su vida no estaba en mis manos, solo era una estudiante más, podía distraerme escuchando música o hablando con amigos, asistiendo a clases y besar a Zac, el amor de mi vida, tan paciente conmigo… y entonces me invadía la culpa, empezaban mis dudas.

—¿Caleb estará bien? ¡No me ha escrito aún! ¿Entraría a clases? ¿Llegaría ala escuela? Y mi paz me abandonaba como la luz del sol se va al anochecer.

Y entonces me llegaba un mensaje suyo con alguna tontería, Y yo respiraba de nuevo. Cada día era la misma rutina.

— Jessy, acaso ¿te arrepientes? 

—NO, No para nada yo lo cuidaba, y aunque trate de hacer a un lado mi vida personal por él, Zac nunca ase alejo de mi lado. 
Incluso dejaba que Caleb nos acompañará a todos lados.

Había espacio en mi corazón para los dos, en diferentes medidas, pero los dos estaban ahí, Caleb  como hermano y Zac como el amor de mi vida, y Es que parece la típica historia donde el triste niño no es correspondido por la chica linda porque ella ama a otro, el malo, el antagonista de la historia que no valora a la chica en cuestión… y luego ella se da cuenta de que el niño triste es la mejor opción y son feliz por siempre… aquí no es así… porque Zac no era el malo en la historia, era el indicado, me amaba enserio y Caleb no estaba listo para aceptarlo, y entonces Caleb se volvió el malo del cuento.

—¿A que te refieres Jessy?, acaso te lastimo?

— Si, lo hizo, pero no físicamente, lo que me hizo duele más que un golpe en el estómago, aún después de tanto tiempo.

—Jessy, ¿por qué tardaste tanto tiempo en pedir ayuda? Los sentimientos que guardas puede lastimar mucho tu mente.

—Creo que me culpe demasiado tiempo por lo que pasó, pero ya es suficiente, es hora de sanar.

—Me da gusto que pienses así!, Entonces vamos a dejar hasta aquí la consulta.

—Nos vemos la próxima semana—dijo Jessy — alas 5.—

Lo que el Dr. James desconocía era que Jessy habia averiguado que era uno de los psiquiatras que había tratado a Caleb durante su crisis de depresión. 

Si supieras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora