sesión 8

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Un día en la vida de Jessy.

Abrio los ojos y su primer pensamiento fue, ¿Qué hago aquí?, ¿Cómo llegué a este punto de mi vida?... Y entonces se dio cuenta de que el pasado ya no puede ser cambiado se levanto sintiendo el cuerpo pesado, como si la hubiera arrollado el tren, así que de tomó sus tres píldoras, una para el dolor de cabeza, una para concentración y un multi vitamínico, tomó una larga ducha con agua caliente, el vapor haria que se empañará el espejo normalmente, si tan solo hubiera uno.

Tomó la ropa y se la prueba, siempre es igual, no importa que elija siempre se mira igual.

Salió al parque cerca de su casa con un libro en mano y un emparedado, se sentó   a leer. Le gustó ver pasar las aves y como eran libres.

Trato de recordar el año 2011 para poder contarle los detalles al psiquiatra. Y las lágrimas no dejaron de rodar por sus mejillas.

—si tan solo hubiera llegado antes— es el pensamiento que invadio a Jessy.

Una vez que recordó los hechos toma nota de lo que pasó y se prepara para ir ala cita.

—¿Muchos de sus pacientes suelen quitarse la vida Dr.? — pregunto Jessy cuando se sentó.

—Porque lo preguntas, ¿Acaso a pasado por tu cabeza?

—No, es solo que es difícil perder a alguien cercano, no imagino lo que es perder a muchos.

—he perdido a algunos, si cuando el daño en el alma y en el corazón es muy grande y no quieren ayuda, pero son muchos más las personas que la terapia les ha cambiado la vida, -—dijo el Dr. —Verás que pronto vas a sanar de tu dolor.

— Estoy lista —

—¿Entonces Caleb vivió en tu casa?

— si, unos meces, pero un día llegó su mamá para que él volviera a su casa, le prometió que le dejaría tener un perro si volvía a casa, y con eso lo convenció.

No tardó mucho para tener un segundo intento de suicidio, las pastillas que le receto su psiquiatra las tomo en una sola dosis, su mamá llegó a tiempo y lo ayudo, le provocó el vómito y así lo salvó...

Tuve que pasar más tiempo con él, pues ya estaba muy inestable mentalmente.

—¿por qué haces esto?—

—no soy feliz,- me respondió... — vez ese cerro?— me dijo mientras señalaba un monte que estaba frente a su casa— a veces me dan ganas de subir a él y morir. La próxima vez no fallaré, ahí voy a morir.

Sus palabras me atravesaban y me rompían el alma.

—oye no puedes morir, viene tu cumpleaños y después el mío y luego navidad, tengo el regalo perfecto para ti— desvíe el tema porque tenía miedo.

—¿A qué le tenías miedo? ¿A Caleb?—

—A fallarle, a saber que intentaba morir y no poder evitarlo, así que cambiaba el tema para no saber.

Cuando llegó el 8 de noviembre nos reunimos en su casa, su mamá le organizó una cena familiar, parecía feliz, aunque en las fotos su mirada era triste.

—te traje pastel de zanahoria, tu favorito.

—Gracias, ... Yo luego te voy a invitar al menudo — me dijo Caleb.

—¿Sabe lo que es el menudo Dr.?

— es un caldo ¿No?

— si, pero se usa en los funerales, era su cumpleaños y me estaba invitando a su funeral, ... Tampoco lo entendí el momento, si no después.

Sabe Dr. En diciembre iba a ser mi cumpleaños y él quería llevar una camisa morada porque es mi color favorito, dice su mamá que se la estuvo pidiendo por semanas para tenerla lista ese día, su mamá es costurera así que la presionaba para que quedara perfecta

Y si se llegó mi cumpleaños y llegó reluciente, se miraba muy bien, muy guapo, y en su mirada parecía feliz.

Pensé que lo estaba logrando, pensé que estaba saliendo del hoyo, Y entonces se llegó noche buena.

Él acompañó a mi madre a hacer las compras navideñas y después
Convivimos en casa, le hicimos una broma envolviendo un cereal, aún recuerdo su risa...

Fue la noche perfecta,convivimos en familia y reímos tanto como hacía años no lo hacíamos en casa y entonces se terminó.

El día 25 no quiso venir a casa, yo no sabía por qué, pero algo no estaba bien,

Y entonces recibí un correo.

<sé que soy una carga para ustedes, Perdóname, sé que voy a causar mucho dolor con lo que boy a hacer, pero boy a terminar con mi dolor, tomaré la salida fácil ya no puedo más perdón.>

—que hiciste en ese momento Jessy?— pregunto el Dr. Jones.

—Le llamé a su mamá, pero no me contestabas, así que le pedí a mi papá que me llevará a su casa, cuando iba en camino su mamá me llamo y le conté todo.

Ella dijo que Caleb estaba ahí, que lo acababa de ver.

—búsquelo—le dije asustada

Y llegué, pero no estaba por ninguna parte, entones recordé la plática sobre el cerro, y fuimos a buscarlo— las lágrimas de Jessy brotaban sin parar y el dolor era visible en todo su rostro.

—¿Estaba en el cerro?

—No, no lo encontramos hay así que volvimos a su casa, y entonces dijo su mamá.

—hace rato lo vi en aquel cuartito señalando el cuarto de herramientas y cosas viejas entonces su hermano que también estaba en la búsqueda corrió a ver y grito tan horrible.

Aún no puedo olvidar su voz llamando a su madre, corrí y ahí estaba Caleb, sus pies no tocaban el suelo y su mirada perdida, entonces su hermano lo cargo y cuando yo grite ¡Caleb! Su mirada volteó A mis ojos y pude sentir como su alma se iba.

Intentaron reanimarlo, pero cuando su hermano se acercó a mí y me entrego el collar de Caleb supe que era todo, él ya no estaba.

En el funeral Nicol estuvo conmigo, parece que me desmaye porque no lo recuerdo bien, solo recuerdo que muchas personas me decían que estarían siempre para mí, pero ahora no están.

—¡es muy fuerte lo que pasó! Pero tú no debes sentir culpa— dijo el Dr.

—Por muchos años me culpé, los amigos de su escuela me mandaban mensajes de odio—

Ojalá hubieras muero tú y no él.

—Es lo que me decían siempre, también me decían, que al menos no me lastimo a mí antes de hacerse daño él, solo después entendí porque no lo dejaban tener espejos en su cuarto, era para que él no lo quebrara y se cortará de nuevo.

—Debió ser difícil, pero él estaba teniendo problemas de apego contigo, como dices nunca le diste razones.

A veces las luchas internas son tan fuertes que no podemos superarlas, me da gusto que estés buscando la ayuda necesaria para dejar esto atrás.

Jessy se levantó del Diván y empezó a caminar por la habitación,

—dígame Dr. Jones, ¿por qué me ofreció la primera consulta gratis?

-—Necesitabas ayuda, y yo podía ofrecértela-— dijo el Dr. y aclaro su garganta.

A Jessy le parecío un poco sospechoso, pero no sabía por qué ocultaba el hecho de que Caleb había estado sentado en el mismo diván contando sus más tristes pensamientos.

Si supieras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora