1- Contacto Visual

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Hoy New York cumplió su palabra, la cuidad que nunca duerme, la noche había sido larga y feroz, así como la batalla que libraron contra la mafia. 

Daredevil había estado trazando la ruta que tenían desde todas las bodegas de droga, habían estado hablando de un envío grande desde Marruecos, en un principio pensó que se trataba de un cargamento de drogas, uno grande, pero mientras más oía de los tipos el asunto se tornaba mucho más complicado.

Eran un grupo grande, así que no podía dar un movimiento en falso o lo notarian y su plan de detenerlos en los muelles con su "envío" fallaría. 

Hace dos noches, tuvo algo de suerte… aunque se sentía mal decirlo de esa manera. 

Los pequeños tiroteos sobres el metal llamaron su atención mientras vigilaba su visión de la ciudad sobre el tejado, habían dos sujetos en una motocicleta, ya habían dado un paso por el lugar, estaban repitiendo el recorrido, se detenían disimuladamente frente al restaurante a dos cuadras, por donde podría llegar desde el callejón. Para cuando el hombre, algo anciano pero firme, camino hacia la puerta con un delantal cargado de manchas de condimento se acercó a la puerta para dar la vuelta a un pequeño aviso que probablemente decía "cerrado" los tipos se acercaban a su tercera vuelta uno de los sujetos sacó su teléfono y dio la señal; mientras que en la cocina del restaurante se encontraba una mujer sirviendo los restos, el olor picante de estofado penetró su nariz recordándole que aún le debía una comida a su estómago, luego escuchó las zapatillas de un niño rechinar contra las baldosas y su risa alegre al llevar los platos a la mesa frente a la caja, el caucho de los neumáticos rechino en una esquina a seis cuadras, mientras el motor de la motocicleta dejaba el bullicio. 

Dentro celebrarán en la mesa, el niño estaba unos metros más alejado cerca a refrigerar que emitía un sonido desagradable, el pequeño estirando sus manos hasta arriba. 

Afuera, los dos tipos sacaban las armas de su cinturón y el auto estaba girando en la esquina. 

Esa era la señal para el temerario. 

Saltó por los tejados, estaba en una azotea cuando los hombres se asomaron por la puerta del pequeño negocio y el niño corrió a esconderse en la cocina, bastardos. 

                        [... ]

Para su suerte esa noche no había terminado tan mal, ningún inocente muerto al menos y ahora sabía que el cargamento no eran precisamente drogas y su paso por un negocio dentro de Hell 's Kitchen le había dado una cubierta para la presencia del diablo frente a la mafia. 

Hoy era la noche, su plan seguía su curso perfectamente, todos los mafiosos armados que esperaba cubriendo en perímetro, el muelle tan frío, silencioso y lleno de los problemas más bajos de la ciudad. 

Todo medido y cronometrado por sus sentidos hasta que Frank llegó en ese bunker que tenía por camioneta, el castigador era el punto de inflección en su plan. 

-Mierda- vociferó bajo cuando Frank se armó con varios proyectiles, listo para dar de baja, seguro. 

Se escurrió fácilmente por los containers hasta dar un salto para caer frente al mercenario. 

-Buenos días, sunshine- dijo inexpresivo en cuánto lo vio, sin intención de detenerse. 

-¿Qué haces aquí? - gruño el temerario

-lo mismo que tú- respondió 

-No, obviamente no, vienes a dejar un rastro de sangre-

-Oh sí, lo olvidaba rojo- usó ese tono mordaz que siempre usaba para burlarse con desagrado, lo odiaba. 

My Life [Fratt]	•Flufftober•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora