FEBRERO

2.4K 118 17
                                    

CAPÍTULO II FEBRERO

Lando

Estos últimos dos meses había establecido una rutina de ejercicio más intensa con Jon, también me había rehusado a ser necesitado con Carlos y enviarle mensajes, algunas veces nos escribíamos, lo extrañaba mucho, pero no podía decirle y mucho menos llenarlo de mensajes a diario, así que por lo general esperaba a que él me escribiera, pero en algunas ocasiones simplemente no podía evitarlo, cuando algo me resultaba divertido o interesante tenía que contárselo, por lo que había sido un tiempo muy difícil.

Jon se sentía muy orgulloso y feliz de la energía y dedicación que estaba poniendo en mi alimentación y entrenamiento, sabía lo difícil que era la comida para mi, pocas cosas realmente me gustaban, sin embargo estaba decidido a no parecer un niño o ser inmaduro, eso había quedado en el pasado.

Recordaba mi comportamiento emocionado cuando habíamos hecho las pruebas de los autos en Barcelona, Carlos había sido muy amable conmigo, sin embargo en ese momento aún me sentía como un niño que conoce a su máximo héroe de la infancia y la facilidad con la que él se acercaba y me tocaba, sólo me ponía más nervioso, trataba de no mirarlo y alejarme de su toque, pero parecía que a cada momento Carlos tenía la necesidad de ayudarme, no estaba seguro de cómo debía actuar, ahora tengo claro que no volveré a sentirme de este modo, no dejaré que ningún tipo de sentimiento se haga más grande, me enfocaré en correr y sólo eso, intenté dormir pero sólo pude remontarme a un lindo recuerdo.

Analepsis

Se me había hecho un poco largo que llegara el día para correr por primera vez y aunque hubieron prácticas no era lo mismo, la relación con mi compañero de equipo era más que cordial y cada vez nos llevábamos mejor aunque sin llegar a la amistad, mis hermanos siempre molestaban con lo mismo.

Poco a poco y con el paso del tiempo y las actividades me daba cuenta de lo genial que era Carlos como compañero, siempre amable y con la mejor actitud para ayudarme, en mi primera carrera me encontraba muy nervioso pero emocionado, había deseado esto toda mi vida, Carlos se acercó a mi, me deseó suerte y me dijo que disfrutara cada segundo, eso me hizo sentir seguro y con suerte por tener a una persona tan amable como compañero de equipo.

Un día sin darme cuenta, ya no sólo era mi compañero de equipo, se había convertido en mi amigo, todo comenzó cuando me encontraba sentado mirando a la nada y Carlos se acercó y simplemente comenzamos a platicar, me mostraba cosas en su celular, ese pequeño detalle me hizo sentir feliz, yo no había querido ser un niño molesto que añoraba la compañía de su héroe de la infancia, aún a veces no podía creer que de verdad mi compañero de equipo era Carlos Sainz Jr., pero sin duda era el mejor que podía haber pedido.

Carlos tenía esa forma tan amable y respetuosa de ser con todos, pero conmigo cada día era más cercano, notaba lo que me gustaba y lo que no, sabía cuando no me encontraba de buen humor o cuando estaba aburrido, a veces si no estaba tan feliz como siempre Carlos llegaba y me daba un pequeño toque en el hombro o brazo o me ponía alguna galleta o un panecillo en la mano mientras me cerraba un ojo en complicidad, eso me hacía sacar la más sincera sonrisa, de alguna manera me sorprendía que se diera cuenta de mi estado de ánimo, a veces deseaba dejar atrás los 19 años y por fin llegar a los 20 y no sentirme tan extraño, me estaba comenzando a acostumbrar a la compañía de Carlos.

Un día simplemente me invitó a jugar video juegos en su habitación de conductor, el equipo de redes decidió hacer un pequeño video con nosotros jugando, no sé porque eso me puso un poco nervioso, yo quería estar sólo con Carlos pero todo el equipo se había dado cuenta cómo crecía nuestra amistad y cómo nos habíamos acercado más rápido que ningún otro par de compañeros de equipo, yo ciertamente no tenía un punto de comparación en F1 y en el fondo esperaba que fuese verdad.

CARLANDO TEMPORADA 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora