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🌊La sala de entrenamiento de la sección C,  el salón de prueba física y el traje🌊

Maris no entiende la actitud de B.16, no obstante, no dice nada respecto a eso, así que solo lo sigue. No le agrada la idea de volver a ver a C.06, más no le queda de otra, aparte que supone que no durarán mucho tiempo allí.

B.16 no deja de pensar en las palabras de la Supervisora, sobre todo cuándo alguna de ellas no dejan de repetirse en su mente.

... nos preocupa que pueda tener alguna clase de parásito que pueda ser contagiado...

Si ella tiene algo que pueda afectarlo debe tener suma precaución, se detuvo de repente, y no porque la puerta de la sala de entrenamiento está al frente, sino porque, tal vez, ese olor que ella emana y en ocasiones parece atacarle puede que provenga de algo que tiene en su cuerpo, de pronto está nervioso, con el deseo de huir de ahí, no sabiendo que consecuencias podría venir si él seguía siendo su tutor, más las palabras de la Supervisora lo hizo mantenerse firme allí.

... me alegra saber que contamos con excelentes especímenes y que puede ayudarnos a facilitar un poco nuestro trabajo.

La Supervisora cuenta con él y su trabajo, no puede salir huyendo como un cobarde, porque si él renuncia ¿Quién tomaría su puesto?

Le apareció el rostro de C.06.

Apretó los puños. De ningún modo dejaría que él estuviese cerca de ella, entonces, se preguntó de porqué es la razón de no cederle el cargo a C.06 ¿es porque quiere demostrar que es capaz de hacerlo o es porque no quiere que ella esté cerca de él ni menos sola?

Cerró los ojos, negando con la cabeza.
No, no va a ceder sin importar qué pase con esa extraña chica.

Al abrirlos, se encontró con los ojos marrones curiosos  de Maris, que solo lo observó mientras él se sumió en sus propios pensamientos.

—¿Es aquí? —preguntó Maris, señalando a la puerta, se sintió tonto por haber quedado allí como si nada.

—Eh... sí.

B.16 se acercó a la puerta y sacó la tarjeta de permiso que le dió la Supervisora, no cualquiera de otra sección puede entrar a la sala de la que no pertenece, por lo que tiene que informar y pedir el permiso.

Mientras él pasa la tarjeta por la ranura, Maris no pudo evitar preguntar:

—B.16, ¿Te encuentras bien? Desde que volviste de la oficina de la Supervisora —Maris lo miró fijamente a esos ojos cafés tratando de hallar algo—, estás actuando extraño conmigo y pensativo, ¿Algo ha pasado?

B.16 se quiso golpear allí mismo, ¿Por qué había sido tan obvio?, Ahora debía hallar la manera que ella no sospechara nada.

—Maris —dice, mientras que la puerta se abre—, sólo estoy preocupado por ti, no debió ser fácil para ti estar allá afuera aunque no lo recuerdes.

Maris sintió ese cosquilleo en su estómago y esa agradable sensación en su pecho, «Así que, sólo es eso. Se preocupa por mí» pensó ella, se miraron solamente. Maris sintió que debe decir algo.

Más B.16 ingresó a lo que llaman: "sala de entrenamiento", «Tal vez, no es la hora de decir algo» pensó, «Más adelante le podría responder», sin embargo, apenas se acaban de conocer y ya su corazón late desbocado por él.

Maris dejó de mira el perfil de B.16. Se asombro por lo que vió: la habitación está bajo la poca iluminación de luces neón resaltando el color rojos de los hologramas, hay mesas en la ve a los especímenes trabajando con máquinas fácil de usar sin correr el peligro de que ocurra un accidente, todos se ven sumidos y concentrados en lo que hacen ya que nadie parece notar sus presencias, hay cuatro puertas y al frente una pared totalmente de vidrio con agua hasta la mitad como una pecera, ve con atención como el agua se está reduciendo...

Bajo el agua (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora