Capitulo XVI

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Emma

¿En que momento Izan se acordaba se mi nombre? ¿Me estaba tomando el pelo o algo? No me quise hacer ilusiones, porque ya no sé que esperar de Izan.

- ¿Sabes quien soy?- pregunté enarcando una ceja y mirándolo seriamente.

- Si...es decir a lo mejor- dijo encogiendose de hombros- por aquí pasa mucha gente,  es raro que haya acertado.  Oye, ¿sabes quien durmió aquí anoche?

Lo miré,  definitivamente me estaba tomando el pelo. Él seguía igual de serio y con los ojos entrecerrados.

- Fui yo , Izan - puse los brazos en mi cintura- ¿Quieres dejar de tomarme el pelo?

- ¿No te han dado mi parte médico las enfermeras?- y volvió a intentar abrir la naranja sin echarme cuenta.

- ¿Que..?- me quedé sin palabras.

Izan resopló y me miró de reojo , haciendo así que dejara con fuerza el cuchillo sobre el plato.

- Estoy teniendo principios de...- empezó a decir él, y levantó la vista hacia mi-  alzheimer.

Al escuchar esa palabra,  mi mundo se vino abajo. Me empezaron  a pitar los oídos y mi vista se nubló por las lágrimas. No podía ser, no. Esto no podía pasar.  Lo mire de nuevo, él estaba tranquilo como si ya se lo hubiese esperado.

- Como....no puede ser...- mi voz temblaba.

- ¿Te he dicho que a lo mejor si no mejoro me tienen que trasladar a otro hospital?- me preguntó- es decir, no me voy a morir ni nada. Estoy en un principio, a lo mejor solo se queda ahí y en los mejores casos recupero mi conciencia.  Y en los peores casos , puedo perder completamente la memoria. No me  acuerdo si la enfermera me dijo que tenía tratamiento,  algo de... ¿ como se dice? ¿Charlar? No me suena.

Me miró en busca de respuestas, yo por mi parte seguía inmóvil. Pero reaccioné al ver que Izan me miraba seriamente, tenía que ser fuerte no podía mostrarme débil. Me senté a su lado y lo ayudé a comer la naranja.

Mientras yo le daba la comida, no pude evitar pensar en todo esos momentos que pasamos juntos, cuando nos dimos nuestro primer beso ¿ ya no se acordará? O cuando le corté el pelo ¿ recordars que se lo corté yo y no una peluquera cualquiera? O cuando se declaró. Lloré en silencio , no podía estar pasándome esto. Era desgracia tras desgracia.  Estaba harta, si por mi fuera me iría lejos de aquí,  pero no puedo tengo que cuidar de Izan,  porque si no lo cuido yo , no lo cuida nadie. Mire su regazo y vi que le temblaban las manos.  Teniendo en cuenta que estábamos a finales de julio era raro, donde nosotros vivimos hace muchísima calor, vivimos en el suroeste de la península española y aquí en verano como no te vayas a la playa,  te mueres de calor.

- ¿Tienes frío? - pregunté mirándolo.

Vi que su vista estaba clavada en un punto fijo en la pared y vi como fruncia el ceño,  como si quisiera entender algo.

- ¿ Eso que es?- dijo señalando mi maleta negra de viaje.

Yo le coji el brazo y se lo baje,  me tumbe al lado suya y él puso ma cabeza en el hueco de mi cuello. Nos tapamos,  porque a Izan le gustaba taparse aunque hiciese cincuenta grados,  él siempre dormia tapado.

- Tu corazón late muy rápido- dijo levantando la cabeza y mirándome con aquellos ojos azules tan perfectos que tenía- ¿ Estas bien?

Le acaricié el pelo y se lo despegue de la frente,  no quería preocuparlo demasiado tenía él ya encima.

- Si Izan estoy bien- suspiré- Buenas noches.

Me sonrió, eché de menos aquella sonrisa, y él se levantó y me dio un beso en la frente. Al rato se quedó dormido y yo me quedé pensando en cómo iba a superar esto. En cómo le iba a decir a los demás que me quedaría con él. No me entenderán. Da igual, ellos no tienen que entender nada, soy yo la que lo entiende todo, no hace falta a nadie más.

Todo lo que nunca te dije Donde viven las historias. Descúbrelo ahora