Capitulo XXIV

11 0 5
                                    

Emma

No me dio tiempo a reaccionar porque un bolita diminuta de color marrón vino corriendo hacia mí . Le eché un vistazo a Izan y estaba con expresión seria mirando la escena que tenía ante él.

-¿ No te gusta?- preguntó.

Me agaché para coger en brazos al animal y lo empecé a acariciar mientras me lamía las manos nervioso. Era un husky con pelaje marrón y unos ojos azules que resaltaban muchísimo, es lo que más me llamó la atención. Ya se había quedado tranquilo en mis brazos.

Pero ahí no terminaban las sorpresas. Izan me empujó hacia delante con cuidado de no despertar al animal y me adentró en el salón, bueno si eso se podía llamar salón. Porque estaba decorado entero con guirnaldas rojas, pétalos esparcidos por el suelo, luces que rodeaban cada rincón. En el centro hay una mesa baja y tenía una caja con bombones , flores y botellas de champán.

- Izan...yo-y...yo

Él se acercó a mi y cogió con sumo cuidado al perrito que estaba plácidamente dormido y lo colocó en su pequeña cama. Volvió a mi y me cogió las manos.

- He hecho esto, para....- giró su cabeza y miró a su alrededor.- que yo recuerde hize esto para compensarte todo lo que has hecho por mí, y hazme caso que me ha costado más tiempo del que piensas preparar esto. Porque... había veces que nos peleábamos o simplemente no nos veíamos . Pero ahora sí que estoy preparado para enseñártelo, he estado inseguro en si enseñártelo porque conociéndote me pondrías pegas por todo. Con esto quiero demostrarte mi amor hacia ti. Aunque ahora mismo no sé....

Le corté antes de que terminara la frase y juntamos nuestros labios. Él al principio le costó reaccionar porque no se lo esperaba , y yo menos. Izan me alzó haciendo así que rodeara su torso con mi piernas y empezó a moverse por la casa. Me sorprendió que supo exactamente donde llevarme, conocía esa casa a la perfección.

Abrió una puerta negra y entramos en la habitación, me dejó caer en la cama y trasladó sus besos hacia mi cuello , haciendo así que soltara un jadeo. Noté cómo me empezaba a desabrochar el pantalón , y ahi fue cuando me di cuenta de que no estaba preparada.

- Izan...- llamé en un susurro.

El que estaba a la altura de mi estómago levantó la cabeza y me miró confuso.

- ¿ Que pasa?- dijo con voz acelerada.

- No... puedo, yo... lo siento- dije entre lágrimas y me tapé el rostro.

Él enseguida ascendió rapidamente hasta ponerse a mi altura, y me quitó las manos de delante.

- Oye..- dijo apoyándose en mi frente- tranquila, no pasa nada.

- Si que pasa- dije entre lágrimas- soy una inútil.

Noté cómo él, me empezó a pasar su mano por debajo de mis ojos para apartar mis lágrimas.

- Emma mírame- susurró.

Giré mi rostro hacia el y vi que me miraba preocupado , como si quisiera saberlo todo. Pero no era fácil no para mi.

- Sea lo que sea, me lo tendrás que contar, no puedes vivir con eso que tengas en tu cabeza. Tu sabes que estaré aquí siempre que lo necesites. Cuando estés preparada me lo dirás, tranquila.

Asentí lentamente y el me se acercó a mi me abrazó. Ahí fue cuando pude observar en donde nos encontrábamos.La cama en el centro y a sus espaldas tenía el baño . Era de color negro y mi derecha tenía un balcón con una terraza. Afuera era noche cerrada y las estrellas brillaban.

- ¿ Que es este sitio Izan?- pregunté curiosa.

- Es mi casa- dijo adormilado encima mía- me la compré creo que por algunos beneficios de jugar al fútbol y campañas .

Todo lo que nunca te dije Donde viven las historias. Descúbrelo ahora