"¿Sabes la diferencia de un hombre a un niño?"
Iruka parpadeó en confusión, apartándose de su papeleo y dedicándole una mirada a Hiruzen. Aún sin saber el porqué de la repentina pregunta que rompió la quietud de la sala, se aventuró a contestarle. "¿La inocencia? ¿Tal vez?"
Hiruzen asintió, avivando el fuego de su pipa. "Ningún hombre ve lo que un niño, y el niño que ve lo que un hombre, deja de considerarse así mismo como uno".
Iruka no indagó más, y sintió un malestar en la boca de su estómago, pues las puertas que daban entrada se abrieron, con ello dando paso a la figura de Itachi Uchiha; aún con su mirada de mil yardas, bajo los párpados hundidos, perduraba la redondez típica de un infante en desarrollo.
El moreno se retiró tras una reverencia a su Hokage. Nadie lo miró salir.
Al cabo de un mes Iruka no pensaba en el joven Uchiha, los nuevos estudiantes de su curso demandaban mucho atención, y Hiruzen entretenía lo suficiente sus tiempos libres para reflexionar ociosamente encuentros tan extraños como aquel. Eso fue hasta que la masacre de un clan entero sacudió las realidades de todo un pueblo.
Iruka concluyó, sosteniendo el laxo cuerpo de Sasuke, que la madurez no dependía de la edad o inocencia; que un adulto es un adulto, y un niño es un niño, sin importar el horror que lo marque.
Tic-tac. Tic-tac. Las manecillas del reloj marcando el tiempo era un sonido desesperante en la sala de espera, incluso más que los berridos de Konohamaru a consecuencias de una broma de Naruto. Iruka jamás creyó preferir cuidar a los honorables nietos de Hiruzen, que a estar sentado en un hospital. La ansiedad lo carcomía, con taquicardia en el pecho y una migraña golpeando su hemisferio izquierdo, el moreno no soportaba más.
A las semanas de la tragedia de la aldea, la salud del último Uchiha había ido a pique. Aquellas respiraciones pasadas, y ahogos repentinos del menor que había deducido como ataques de pánico, eran algo más. Neumonía.
Habían pasado tantas cosas en un periodo de dos semanas, el Hokage se había visto envuelto de reuniones con clanes del pueblo, y autoridades de pueblos aliados a los que la noticia les llegó. Con tanto en mano, y con su hijo Asuma fuera de Konoha, Iruka había tenido que atender a los nietos de Hiruzen y el recién huérfano Sasuke.
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we fell in love in october
Fanfictie31 historias de KakaIru. Lista de fictober: Celeste Cáceres (Facebook).