WOLF - CHARLIE SWAN

01.

~De vuelta en casa~

Los hermanos Wolf se habían mudado de Forks a Londres hacía ya mucho tiempo, cuando a penas tenían 16 y 15 años respectivamente, ambos recordaban como le habían suplicado a su padre de que no se mudaran, no querían dejar a sus amigos y tampoco a la manada, pero debían hacerlo, así dejando a Billy Black como el nuevo alfa de la manada, pero ambos ahora ya habían crecido y tenían 44 y 45 años, su padre había muerto hacia 10 años atrás y su madre había muerto cuando ambos eran pequeños.

Ambos hermanos se encontraban en el cementerio en el que habían sepultado a su padre años atrás. 

—Padre, creo que ya sabrás porque venimos, si las leyendas son ciertas y puedes escucharnos, creo que es momento de que volvamos a Forks, es hora de volver a casa. - pronunció Phelan a la tumba de su difunto padre con una lágrima derramándose de su ojo, a pesar de todo, aún dolía su partida.

Conri se encontraba detrás de su hermano, con ambas manos en la espalda, en una pose un tanto militar, una pose que se había quedado a pesar de que hacía ya 10 años se había salido de la milicia y ahora era un empresario exitoso.

Conri no era una persona que expresaba sus sentimientos, era alguien serio, pero con el tema de su familia tenía corazón de pollo, pero por su hermano era fuerte, no quería que si él se derrumbaba, Phelan también lo hiciera. Era la persona más preciada que tenía en este mundo

—Es hora - pronunció con un acento británico que había adquirido al paso de los años.

Su hermano asintió y sonrió tristemente a la tumba de su padre, en un último adiós.

Ambos salieron del cementerio y regresaron al loft que ambos compartían.

Cada hermano se dirigió a su cuarto para poder preparar sus maletas, era hora de regresar a casa. Ya extrañaban a su viejo amigo Billy Black, incluso al cascarrabias de Harry Clearweather.

Después de haber alistado sus maletas, llegaron los de la mudanza, que transportarían sus cosas hacia Forks, aquel pueblito helado con pocos habitantes.

Cuando vieron que todo estaba listo pidieron un taxi, que los llevaría al aeropuerto, en donde podrían tomar su vuelo, de regreso a casa.

El mayor le pagó al taxista y se adentraron en el aeropuerto.

Cuando terminaron de hacer los respectivos procedimientos se montaron en el avión y esperaron a que este despegara.

Los dos se quedaron dormidos, esperando poder aterrizar sanos y salvos, sin ningún inconveniente.

Ambos hermanos se despertaron cuando la azafata empezaba a despertar a todos los pasajeros que se habían dormido, era un vuelo largo después de todo, eran 8 horas.

El avión aterrizó en tierra Americana y los pasajeros empezaban a salir del avión, siendo los hermanos Wolf de los primeros ya que venían en primera clase.

Salieron del avión e hicieron el protocolo necesario para luego ir a buscar sus maletas. Al ya haberlas encontrado, se dirigieron a la salida del aeropuerto y llamaron un taxi para que los llevara a la casa que ambos habían comprado.

Viajaron desde Port Ángeles hacía Forks, ya que era el aeropuerto más cercano que había, ya que Forks al ser un pueblo tan pequeño, no contaba con un aeropuerto.

Después de otra hora en carro, habían llegado a su nueva casa, que se encontraba un poco metida en el bosque.

Esta vez fue el menor quien le pagó al taxista y bajaron sus cosas y empezaron a acomodarse en sus respectivas habitaciones, para luego quedarse ambos dormidos un rato, ya que ambos se encontraban cansados, había sido un viaje largo y agotador.

Ambos hermanos despertaron a la mañana siguiente y desayunaron, habían planeado que después irían a la reserva, para reencontrarse con su viejo amigo, que a pesar de vivir lejos aún se mantenían en contacto.

—¿Emocionado de volver a ver a la manada? - pregunto Phelan a su hermano 

—Si, ha pasado un tiempo desde la ultima vez que los vimos - le sonrió su hermano 

Ambos hermanos desayunaron entre charlas triviales y risas, para luego alistarse y salir rumbo a la reserva Quileute.

Ambos hermanos llegaron a la reserva, recibiendo miradas extrañadas. Y se acercaron a la que era y seguía siendo la casa de Billy Black.

Ambos hermanos le agradecieron al taxista y se bajaron, para tocar la puerta de la casa color rojizo, la pintura algo desgastada por los años.

—¿Quien es? - Pregunto Billy Black al abrir la puerta 

Ambos hermanos se sorprendieron al ver a su amigo en silla de ruedas.

—¿No nos reconoces viejo amigo? - pregunto con una sonrisa el menor de los Wolf.

—¿Phelan? ¿Conri? - pregunto con sorpresa el hombre.

—Hola querido amigo - le sonrió Conri 

—¿Que hacen aquí? - pregunto con una sonrisa el hombre, sus viejos amigos estaban de regreso.

—Hemos vuelto a casa - sonrió Conri, haciendo sonreír al hombre frente a él.