Cruel Desconocido: ¿Quién asesinó a Kylie Russo? [✔️]

26. Salón de vigilancia

Parker

Sacudo la nieve de mi cabello estando dentro del instituto junto a Gina.

—El frío se pone cada vez más violento —susurra mi mejor amiga negando—. Gracias a Dios solo faltan pocos días de clases para el receso navideño.

No digo nada ya que mis ojos se encuentran con los de Hidden. Está recostado a no mucha distancia contra su casillero, en sus manos tiene un libro abierto y las ganas de movernos para ir a nuestro encuentro amenazan con salir.

Cuando pienso que seré yo la que cederá e irá hasta él Hidden frunce el ceño mostrando total confusión, cosa que no comprendo.

—¡Buenos días! —escucho a mi costado.

El chico que reconozco como Jonás está dándole un sonoro beso en la mejilla a Gina y en sus manos trae dos humeantes vasos blancos de cartón con café.

—Hola —Gina le responde y acepta el vaso que le entrega—. ¡Muchas gracias! ¿Cómo sabías que salí de apuro esta mañana y no tomé mi café?

—Solo lo supuse —Jonás sonríe, revelando así unos encantadores hoyuelos—, después de todo, nos quedamos hablando hasta muy tarde, así que no quiero ser el culpable de que te duermas en pleno examen —al escuchar mi risa, Jonás repara en mi presencia y me extiende el segundo vaso—. Este es para ti, Parker.

—Oh —mi sorpresa es grande y no me importa disimular—, gracias, que... amable eres —acepto el vaso viendo a Gina de reojo.

—Si quiero enamorar a la chica también debo ganarme a su mejor amiga, ¿no? —dice con una sonrisa. Noto como Gina se sonroja de inmediato y yo asiento en dirección al chico dándole aprobación a esa razón.

—Me agrada —codeo a Gina y esta rueda los ojos levemente sin quitar la sonrisa en sus labios.

—Síganme, señoritas —pide antes de voltearse y comenzar a caminar.

Cuando busco a Hidden con la mirada, solo obtengo unos breves segundos de su serio rostro ya que Gina toma una de las mangas de mi maleta y prácticamente me arrastra por el camino opuesto a Hidden y nuestro salón de clases.

—Tenemos que armar los detalles finales del plan —dice ella.

—¿Qué plan? —pregunto y elevo mi mano con el café para que este no se derrame.

—El que Gina y yo armamos anoche —responde Jonás y empuja las puertas de la biblioteca para que nos adentremos.

—Siento que me perdí de un capítulo —suelto una risa baja—. ¿Qué plan armaron ustedes dos anoche?

Jonás se quita la maleta de los hombros al llegar a una mesa vacía y toma asiento en la superficie de madera, Gina y yo tomamos lugar en las sillas.

—El plan en el que las ayudo a que roben las cintas de grabación de las cámaras de vigilancia del instituto —dice—. No permitiré que un estúpido collar castigue a mi pareja para el baile así que lo vamos a encontrar.

Casi escupo mi café.

—¡¿Qué?! —volteo para ver a Gina.

—¿Recuerdas el collar que tomé "prestado" de mi madre? —hace comillas—. Pues ya se dio cuenta de que lo perdí y me dijo que si no lo devuelvo no iré al baile —entrelaza su mano libre con Jonás—. Solo robaremos las grabaciones de esa semana y así podré ver con exactitud dónde lo perdí.

Voltea para verme con los ojos entrecerrados, es como si tratase de que yo entendiese el trasfondo de ese plan.

¿Cómo es posible que se invente mentiras tan creíbles?