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Desde las alturas

Vislumbro la ciudad desde lo alto. Mi vista se clava en la maravilla arquitectónica de enfrente: El edificio en forma de estrella de tres puntas, todas se unen en lo alto y dan paso a la existencia de una esfera azul con dejes de energía violeta. La esfera flota en el aire y la energía conecta con todas las construcciones de Niskalkat; el nombre de nuestra ciudad ubicada bajo Siberia.

A Niskalkat la bordea un muro iridiscente. Y solo desde las alturas eres capaz de notar su verdadera forma; un octágono con otro octágono interior. Los edificios centrales crean una estrella de seis puntas en el centro; justo bordean al edificio de la esfera.

Si estás atento serás capaz de escuchar cierta vibración, la música del ambiente en resonancia con las construcciones de mi dulce hogar. Incluso puedes ver los colores de la música, van desde un tono rosa a un tono dorado. La suciedad no existe en Niskalkat, el nauseabundo olor a desechos tampoco.

Hay muchos lugares donde los ciudadanos se divierten, aprenden y ayudan a crear con su imaginación nuevos lugares. Por supuesto, educación y diversión están interrelacionados. Y todo lo que se genere tiene como objetivo mejorar la vida de todos.

Cada casa tiene un pequeño jardín con plantas de vivos colores, luminosas y vibrantes. Parecen danzar con las vibraciones, advierten el más mínimo cambio en el ambiente. Su fragancia viaja por el aire limpio de la ciudad, el aroma de nuestras plantas es vigorizante, mejora la salud además.

Niskalkat es una ciudad capaz de moverse por el espacio-tiempo. Hay trenes de vacío a alta velocidad, sus rieles de luz al cambiar de niveles de conciencia no necesitan túneles y conectan con otras ciudades subterráneas en distintas partes del mundo. El país es la Tierra en sí. Poseen también naves que vuelan a velocidades inimaginables, capaces de abrir portales.

El gobierno se halla conformado por los más sabios y humildes ciudadanos, pertenecientes a diferentes razas del espacio. Intercambian conocimientos sin que medien intereses mezquinos, en búsqueda de salvar a la Tierra de la ineptitud de los gobiernos de la superficie; quienes merman la salud del planeta.

Basamos nuestras creencias en la igualdad. A nuestros ojos todos los ciudadanos —sean humanos o no —merecen ser respetados. El lenguaje hablado es muy poco usado por algunas razas, prefieren usar un lenguaje universal llamado Irdin o la telepatía.

Y a todo esto deben estarse preguntando: ¿Quién es aquel que desde el punto más alto admira su amada ciudad? ¿Quién afirma que tal lugar puede existir? No soy más que la prueba de que razas diferentes pueden coexistir.