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No sé a qué hora me he levantado pero el sol aún no sale.

Me doy cuenta de que me cubre una manta, miro la puerta y está cerrada, apenas veo que hay en la habitación cuando está todos oscuro. Eso significa que ha entrado mientras dormía y me ha tapado.

Corro a ver mi mochila y la encuentro tal y como la dejé. Respiro aliviada.

Actualmente tengo 12.000 dólares, bueno un poco menos contando mis gastos más recientes.

Es más dinero del que he tenido en toda mi vida, pero insuficiente para comprarme una casa propia y vivir como lagartija toda mi vida, también sospecho que no es suficiente para pagarme una carrera aunque eso no lo he mirado. Por los pelos aprobé la secundaria.

Abro la ventana y salgo, subo por la escalera de incendios y voy hasta el tejado.

El aire es un poco frío y veo cómo el sol empieza a salir.

Me acerco al borde del edificio y me siento en la cornisa.

Si miro abajo, hay una callejón que da a otra calle, abajo hay un cadena de pequeñas luces iluminadas.

Tengo un poco de frío pero no quiero bajar y volver a subir. Me quedo un rato mirando el amanecer.

Me gusta... me gusta mucho.

El color rosado de las nubes, la forma en la que la luz anaranjada se convierte poco a poco en un amarillo brillante que roza las curvas de las nubes... todo eso me gusta.

Cierro los ojos un momento. El viento sopla y escucho una ventana cerrarse con algo de fuerza. Ese sonido me asusta y miro a mi espalda.

Al lado de la puerta, que da a las escaleras que bajan hacia los pisos del edificio, hay una especie de "mini casa".

Ayer no me había fijado que estaba ahí, bueno ayer no me había fijado en muchas cosas.

Me acerco, puede que no deba hacerlo, no, no debería, meterme en las cosas de los demás nunca trae nada bueno...

Pero la ventana sigue abriendo y cerrándose, aunque ahora son suaves golpes.

La puerta está abierta ¿por qué está abierta?

Entro y me quedo no solo sorprendida, es el puto cielo.

Tiene un tamaño medio, es un rectángulo horizontal, el techo no es muy alto pero tampoco muy pequeño.

Miro detenidamente cada aspecto de este sitio mientras avanzo.

Es un estudio, el suelo está lleno de salpicaduras de pintura, de huellas por todas partes. Las paredes están repletas de dibujos en papeles, lienzos, cartones, investigaciones sobre anatomía humana y animal. Cada mueble se nota que es antiguo pero sorprendentemente quedan bien aquí, como si este fuese su sitio en el mundo.

El techo se inclina hacia un lado y ese lado está lleno de pequeñas ventanas, estas siguen bajando hasta un metro del suelo. Lo que le da toda la luminosidad del cielo.

En el centro hay una mesa llena de carpetas, no puedo evitar acercarme y cotillear.

Son fotos antiguas, no de personas sino de cosas, sitios y animales, hay carpetas de distintos tipos de papeles, pequeños tapices preciosos, bordados sin terminar, trozos de telas que parecen muy finas y elegantes.

Por encima veo todo eso, todo hace que mi corazón palpite y sienta un calor en mis mejillas.

Rozo con la punta de mis dedos cada textura de cada cosa que esta sobre esta mesa.

El juego de Molly.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora