Éternamente

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-Me duele, me duele, voy a llorar, por Dios, esto ya no es como antes, no soporto-chillos y yo me reí

-Amor, no estoy haciendo nada

-Exacto, ayudame, estoy vieja para este mundo, ya no sirvo para peleas, ni ataques, ni nada-dramátizo

-Estabas embarazada, claramente tu rendimiento físico sería muy bajo al que manejas normalmente

-¡Por eso!-me grito-Debí ser más fuerte, ni siquiera pude proteger a Alessandra dentro mío, mucho menos ahora, soy una pésima madre

-No lo eres, eres maravillosa, tú mantuviste a Leonardo seguro por tanto tiempo, con Alessandra será lo mismo ¿de acuerdo? Está vez yo estaré en todo momento, si tengo que viajar, ustedes vienen conmigo, si tengo que salir de casa, ustedes me acompañan o les dejo un puto ejército, pero nada volverá a pasarles, tendría que realmente no poder hacer nada para que eso suceda-se acomodo entre mis brazos y asintió

El silencio se hizo presente, ambos teníamos cosas en las que pensar, cosas que nos atormentaban y al mismo tiempo cosas que nos hacían felices. Ella estaba tranquila, habían pasado solo dos días para que Adamaris pudiera volver a casa, todos estaban felices e hicieron una pequeña reunión en honor a ella y el nacimiento de Ale, estuvieron solo un par de horas y después se fueron para que ella descansará, así hemos estado desde entonces, Ale esta frente nuestro en un pequeño columpio que la arrulla, Leo esta afuera jugando con Jack y algunos de mis hombres.

-Miedo era poco a lo que sentía, estaba aterrada-voltee a verla-había recibido un mensaje esa mañana, al abrirlo, la habitación de Leo se hizo presente, en la foto él estaba dormido y debajo de la foto había un mensaje, "sales en 20 minutos, no digas nada o nuestro pequeño sufrirá las consecuencias y no queremos eso ¿verdad", corrí sin pensarlo, me importo un carajo que no pudiera hacerlo, en realidad no me importo nada más que mi hijo, al llegar a su habitación lo desperté y lo lleve conmigo, Mari iba llegando y mi celular sonó de nuevo, "cambio de planes, sal ahora" y una nueva foto de nosotros apareció, le entregue a Leo a Mari, le pedí que lo escondiera, sin decir nada más salí de la casa, todos preguntaron sin embargo no dije nada, una camioneta estaba ahí, abrieron la puerta y entre, de forma inmediata me ataron de manos y pies, los disparos comenzaron a sonar y el pánico me inundó, mi hijo estaba ahí y yo no podía hacer nada, cuando pensé que las cosas no se pondrían peor, Ezequiel salió de los asientos de atrás, me sonrió, pero al ver mi embarazo el asco se formó en su cara, no dijo nada, solo me veía-pequeñas lágrimas caían de sus ojos

-Amor no debes seguir, no es necesario, no te atormentes más, ya todo acabó-la abrace con un poco más de fuerza sin lastimarla

-Llegamos a esa fábrica, uno de sus hombres me tomó en brazos hasta dejarme en una silla, me desataron, pero no podía moverme, todos sus hombres me apuntaban directamente, no soy estúpida, no pondría en riesgo a mi bebé más de lo que ya lo había hecho, se sentó frente mío, no dijo absolutamente nada por casi cinco minutos, después se levantó y sin decir nada el primer golpe llegó, me tomó con fuerza del cabello para que volteara a verlo, "un bastardo más, vas a darle un bastardo más, eres una zorra", eso fue lo que me dijo y otro golpe llegó, yo no podía moverme y él estaba furioso. Me golpeó hasta que se canso, después comenzó a crear heridas por mi cuerpo, pero nunca se acercó a mi vientre, no hasta que supo que ya venías, él dijo que te haría lo mismo que tú le hiciste al quitarle a Leo, con la diferencia de que él nos mataría a los tres, primero a nosotras y después a Leo, lo sabía, sabía que lo haría y no podía permitirlo, él simplemente me tomó con fuerza y me dejó caer para golpearme un poco más, después simplemente se fue y me dejó ahí-su llanto salió, no iba a pedirle que se calmara, dejaría que sacara su dolor y ahí estaría yo para ella

-Te prometo que él ya está pagando todo el daño que hizo, nada volverá a herirte nunca, primero muerto antes de verte llorar de nuevo-acariciaba su cabello y la abrazaba a mí

-Pensé que moriría y me dolía hacerlo, no me había despedido de nadie, mi bebé no había ni siquiera nacido y no quería dejar a Leo, no quería morir sin verte una vez y decirte todo, cuando llegaste, sentí una tranquilidad enorme al saber que podría despedirme de ti y advertirte sobre Ezequiel, pero no quería morir, no quería y tampoco lo quiero ahora, tenía miedo por dejarlos

-No lo hiciste cielo, estas aquí, conmigo, no te fuiste y permaneciste con nosotros, eres muy fuerte, superaste tantas cosas-bese su cabeza- ya no llores más mi amor, no te pasara nada, no puedo imaginar una vida sin ti, estaría perdido sin ti y posiblemente muerto, no puedo vivir si no te tengo a mi lado, estamos aquí, ambos, protegeremos a los niños juntos y también a nosotros mismos

-No me dejes nunca

-Tendría que estar demente para hacerlo mi amor, nadie puede si quiera ocupar tu lugar, eres mi reina y prometo cuidar más de ti, nadie volvera a lastimarte nunca, te lo juro

-Te amo

-Yo a ti mi cielo

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-¿Entonces es un si?-Leo ya estaba acostado al lado de Alessandra, listos para dormir en cualquier momento

-Si y no cariño, tu nacimiento fue un poco menos complicado, al menos al momento de traerte al mundo-le dijo

-¿Por qué? Papá de seguro no permitía que nada me pasara así como lo hace con Ale-dijo viendo tiernamente a su hermana

-Yo no estuve presente al inicio de tu vida cariño, tenía que estar lejos para proteger a tu madre en ese entonces, así que yo estuve contigo algún tiempo después de tu nacimiento, desde entonces no he permitido que nada te pase

-No entiendo-reímos

-Cuando seas más grande te explicaré-le dije y él asintió.
Me recosté en mi lado de la cama y minutos después apague la luz

-¿Papá?

-Dime hijo

-¿Puedo abrazarte?-escuche a Adamaris reír bajito mientras acomodaba a Ale

-Claro que sí hijo, no debes si quiera preguntarlo, puedes hacer conmigo lo que quieras

-Te arrepentirás en un futuro de decirle eso-dijo Adamaris en burla

-Gracias papá-me abrazo y yo a él

-Descansa hijo-bese su cabeza y voltee hacia mí pequeña-Tú también princesa-sobe su cabecita-Y tu vida mía-ella sonrió y yo a ella

-Ustedes igual corazón

°°°°°
Y

terminamossssss
Pensaba hacerlo más largo, posiblemente más adelante lo haga, pero justo ahora, estoy llena de tareas, trabajo y con el buen conocido "mal de amores", entonces no tengo ánimos de nada.

Lxs quiero y les agradezco el amor que le tienen a estas historias.
Mil graciassssss

-AV