romeo y julieta, spreen

020 | chica paranormal

020

❛ chica paranormal ❜

     —Eu, ¿qué pasa? —preguntó Carrera a Thalia. Era tarde y ya estaban por dormirse. La castaña lucía deprimida y no tenía ganas de nada. Era obvio que se encontraba un poco mal.

     —Nada, solo que... —suspiró— Nada, no pasa nada —habló, negando con la cabeza. ¿Se lo estaba diciendo a ella o estaba respondiendo la pregunta?

     —¿Segura? Vos sabés que puedes confiar en mi —le aseguró Carrera. Ella asintió y deseó que no se le quebrara la voz.

     Se sentía tan tonta por querer llorar.

     —Solo que, perdón. Me siento mal otra vez, porque siento que fui yo la que arruinó todo con Marlene ¿sabes? Y sé que no fue así, pero no puedo evitar pensar en qué hubiese pasado si yo hubiese dicho algo más o solo si yo...

     —O solo si ella. —La interrumpió. Thalia, quien antes estaba mirando hacia abajo por sus ojos llorosos, lo miró confundida.

     —¿Qué?

     —Todo este rato piensas que pasa si tú hubieses hecho algo, pero ella es el problema. Creo que la pregunta está más en "¿Qué hubiese pasado si ella fuera buena persona?" —después de estas palabras abrazó a Thalia y le dijo que durmieran. Thalia, entre silenciosas lagrimas aceptó.

     Por lo menos ahora tenía algo por seguro: no era su culpa. Realmente no lo era.

...

     —¿A dónde vamos? —le preguntó Thalia a Iván.

—La verdad, no tengo ni puta idea.

Ambos estaban caminando, probablemente sin destino alguno. Thalia iba siguiendo a Iván, e Iván... Bueno, esperaba estar yendo a algún lugar.

—¿Estas diciendo que me invitaste a una cita sin saber dónde? —Iván rió un poco nervioso, aunque sabía que Thalia no se enojaría por eso. Y tal como pensó, ella igual rió—. Qué hueón, me hubieses dicho a mi y yo hubiese buscado algo interesante.

—Tenía fe en que encontraría algo en poco tiempo, boluda, déjame vivir.

Thalia solo negó con la cabeza. Ahora estaban llegando a un parque pequeño, en donde habían unos niños jugando en el pasto, pero cuando Thalia e Iván se acercaron agarraron sus bicicletas y se fueran.

Iván la miró—: bue, tan chorros no parecemos, boludo.

—Te apuesto que sus papás son esos típicos viejos culiaos que les dicen que no se acerquen a los adolescentes porque andan fumando porros.

—Demás que sí.

Como no tenían realmente nada interesante que hacer decidieron quedarse un tiempo ahí, haciendo cosas que probablemente no eran para su edad, como jugar al sube y baja.

Los niños no volvieron más, y ambos decidieron ir a comprarse un helado al negocio que estaba en frente.

Iván se subió a un columpio y Thalia lo estaba empujando, quizá muy fuerte, mientras el helado lo tenía en la boca, congelandose.

—Aduda me duede da boda.

—No se te entendió una pija, pelotuda.

Iván tuvo la gran idea de saltar del columpio en movimiento. Al hacerlo, por cosas obvias, se cayó de cara.