『⸙』

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𝙳𝚘𝚖𝚒𝚗𝚐𝚘 8 𝚍𝚎 𝙰𝚐𝚘𝚜𝚝𝚘

2:30 𝚙.𝚖.

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Dentado me ladra, enseguida, me jala del suéter.

Debería estar pensando: ¡¿Qué demonios haces viendo atentamente por la ventana en lugar de ponerme atención?!.
Si, seguro pensaría eso.

Lo pongo sobre mis piernas y sigo viendo por la ventana. Con exactitud, la casa de enfrente.

No he podido olvidar —incluso no pude dormir— lo que sucedió en la tarde de ayer.
Cada vez que pienso en ello, mi respiración se vuelve, de nuevo, inestable.

Debería darle las gracias. Pero no sé cómo hacerlo. Por alguna razón, la mera idea de tener que interactuar con él hace que la piel se me erice.

Me han dicho que tratar con las demás personas se me da con naturalidad, y que mi sencillez hace que los demás me sigan.

Tal vez me hayan mentido. No creo ser así.

Aunque en verdad, me da miedo conocer personas nuevas. En especial a aquellos que son de mi edad o estas cerca de ella.

– ¿Tú qué dices? – alzo a Dentado, el mueve su cola con alegría y busca lamer mi rostro – ¿Le hacemos algo casero?.

Claro, no me va a responder, pero me siento más tranquila expresándoselo a él que al simple viento.

Abro cabinas y pongo ingredientes sobre la mesa. Me aseguro de que todo esté ahí para no tener que estar sacando los ingredientes y perder más tiempo.

Dentado me sigue por la cocina, o simplemente se sienta, mirándome. Le doy un snack especial, así se mantendrá ocupado.

– ¿Crees que le gusten las de mantequilla? – vuelvo a cuestionar, viendo a Dentado. Por no decir que solo le hablo a la nada – ¿Qué tal si no y sus favoritas son las de chispas de chocolate?, ¿de canela talvez?, ¿o relleno de mermelada?, ¿o de nuez?.

Simplemente, creo que esto se está tornando una decisión demasiado difícil.

Parece que Dentado no me.pone atención, está demasiado entretenido.

Busco mi recetario de galletas, ese que son solo copias del original que es de mi madre. ¡Las mejores recetas de galletas, sin duda!.

Pasó página por página, leyendo los títulos. Me voy por las más básicas —las mencioné anteriormente— así que busqué —en sus respectivos lugares— si tenía los ingredientes necesarios.

Afortunadamente, todo estaba aquí. Así que, como no sé cuáles sean sus favoritas y cuáles no, decido en hacer unas pocas de todas.

Coloco el recetario a mi vista, sobre su base respectiva; acerco los demás ingredientes, me visto con mi delantal, recojo mi cabello y lavo mis manos a la perfección.

𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐎𝐘 𝐈𝐍 𝐅𝐑𝐎𝐍𝐓・ᵏᵃʷᵃʰⁱᵐᵃ || ②Donde viven las historias. Descúbrelo ahora