『⸙』

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𝙼𝚊𝚛𝚝𝚎𝚜 3 𝚍𝚎 𝙰𝚐𝚘𝚜𝚝𝚘

7:30 𝚊.𝚖.

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El tono de llamada de mi teléfono se escuchó desde el primer piso.
Me quejé un poco. Ya sea por el echo de que el sonido era bastante fuerte e irritante que no podía ignorarlo como por el echo de que estaba apunto de hacerme el desayuno.

Como sea, tuve que subir por mi teléfono.

Ya sabía de quién se trataba. Para los integrantes de mi familia tenía un tono personalizado. Además, Boruto siempre era quien llamaba a horas tan tempranas.

– Hola – podía apreciar sus facciones a través de la pantalla.

Hima, hola – él si que hacia muchas cosas por la mañana. Ya que parecía que estaba trotando por el parque – ¿Cómo va todo por allá?.

– Ah, me encanta Kyoto – le digo con ensoñación. Es la total verdad – ¿Y Okinawa?, ¿cómo es por allá?.

– Espléndido, es un lugar también muy encantador.

Bajo de nuevo a la cocina. Él me redacta algunas historias de su vida, lo escucho atentamente mientras pongo agua en la cafetera.

¿Has ido a ver a papá y a mamá? – su pregunta me toma por sorpresa.

– No, no lo he echo – y me siento mal por ello – Es una larga distancia de aquí hasta Tokyo.

– ¿Y a los abuelos y Rinku? – de nuevo me siento mal – Y no me digas que la prefectura de Shiga queda lejos de Kyoto porque solo es media hora.

Me río. Sabe bien cómo quitarme las palabras de la boca.

– Tampoco he podido hacerlo – me siento en el sofá – ¿Y tú?, ¿por qué no vienes?.

– Sabes que mi trabajo consume bastante de mi tiempo, Hima – no lo olvido, pero me gusta que él se auto-torture con solo pensarlo.

Cambiamos de tema. Yo también le comencé a redactar mi vida y lo que hacía en este nuevo hogar. Había bastantes cosas que contarnos, ya que hay veces que solo hablamos dos veces cada tres semanas —como máximo—.

¿Cómo te va con los Yamanaka? – siempre me hace la misma pregunta – ¿Ese rubio aún te sigue coqueteando?.

— Casi no se pasa por ahí – le aseguro – Aunque me invitó a una exposición de arte la próxima semana.

¿Y vas a ir? – suena disgustado.

– No puedo decir que no a una invitación y lo sabes.

Ahora él se ríe.

– Estas algo sola en aquella casa – me voy para la cocina – ¿No te gustaría tener un gato o alguna mascota que te acompañe?.

– Estoy bien así – respondo mientras me preparo mi café con crema.

Bien, aunque no te creo del todo – ambos nos reímos – Me tengo que ir.

Nos despedimos. Él me da una serie de instrucciones de como vivir sola y yo solo me río de ello. Sabiendo que solo lo hace por molestarme.

Salgo al balcón. La brisa aún es fresca a estas horas. El sol ya ha salido por completo, pero aún no es tan cálido como debería. Veo el cielo, unas nubes espesas se notan muy al horizonte; probablemente, dentro de algunos días, estará lloviendo.

Admito que el clima lluvioso es uno de mis preferidos. Me gusta sentarme aquí a ver el agua caer y mojar todo a mi alrededor. Sentir y disfrutar del olor a tierra mojada y humedecer mi piel con la leve brizna que llega a mi tras una oleada de viento.

Así como también podría observarlo a él. Justo como me esta observando en este momento.

Tal vez crea que no lo he notado y que no me percato de que siempre está viendo para acá. Pero mentiría si digo que eso es cierto. Ya que suelo ser algo observadora y más, cuando se trata de algo que ha llamado mi atención.

Aunque no sé, si realmente yo he captado la suya.

Y eso me causa demasiada intriga.






























★彡Chyio67🌻

𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐎𝐘 𝐈𝐍 𝐅𝐑𝐎𝐍𝐓・ᵏᵃʷᵃʰⁱᵐᵃ || ②Donde viven las historias. Descúbrelo ahora