5

3.9K 354 20
                                    

Desperté en mi habitación, todo se veía como siempre, bueno, como solía verse antes de que Manjiro incendiara el lugar.

Me levanté de la cama, examinando cuidadosamente todo.

Había una pared repleta de fotos, tome una, Haruchiyo salía en todas las fotos, bueno casi en todas, él siempre estuvo tras de mí pese a que era mayor que él.

¿Por qué habrá sido que Manjiro le encargó mi cuidado a un niño?

Sonreí al ver la foto de mi cumpleaños número quince. Haruchiyo estaba entregándome un pequeño ramo de lirios del valle, mis favoritos a decir verdad.

Sus mejillas sonrojadas y su mirada desviada eran muy tiernas.

Recuerdo que para ese entonces yo ya había comenzado a desarrollarme y él había entrado en la pubertad, se ponía nervioso demasiado fácil.

Tome otra foto, en esta aparecían Baji y Mikey sonriéndole a la cámara, por el reflejo de la ventana que se encontraba atrás de ellos podía observarme a mí y a mi lado se encontraba Haruchiyo.

Recuerdo que ese día él tenía muchas ganas de ir a jugar con mi hermano, aunque le sugerí que fuera con ellos él insistió en quedarse a mi lado.

Ese día terminamos los cuatro empapados por culpa de Manjirō. Pues este me había aventado al lago, provocando que Haruchiyo se lanzara atrás de mí.

Habíamos ido a un pequeño lago, no recuerdo cuánto había trabajado Shinichiro pero había logrado llevarnos un par de día a las montañas para celebrar mi cumpleaños número trece.

Un momento.

¿Número trece?

Confundida comencé a observar el resto de fotografías.

Pero...

Yo conocí a Haruchiyo hasta que tenía dieciséis años, después de la muerte de Shinichiro.

En ese momento Manjiro se volvió loco y no me dejaba ir a ningún lado sola, hasta que fui encargada al cuidado del ese entonces ya pelirosa.

¿Como es posible que recuerde cosas que no viví?

No me dio tiempo de seguir pensando en aquello pues el abuelo había entrado a mi habitación.

Tu perro guardián está afuera —

Sonreí tratando de evitar reírme.

¿Que hora es abuelo? Me distraje viendo viejas fotografías —

Él sonrió acercándose a mí, observó un par de fotografías y luego volteó a verme. Tomó mi mejilla de manera delicada y las lágrimas empezaron a desbordarse por su rostro.

Mírate nada más, ya casi tienes la edad de nuestro shinichiro cuando este se marchó —

Sonreí de manera leve, sabía cuánta falta le hacía Shinichiro al abuelo, bueno, nos hacia falta a todos.

Cuídate mucho hija, de verdad quiero verte crecer, que tengas tus hijos aunque sea con el chico rarito de las cicatrices —

𝓚𝓲𝓼𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora