🌸✨Flufftober✨🌸

Día 3: Under the rain

🌧Rainy Day🌧

Les seré franco: odio la lluvia. Siempre pasa algo cuando llueve, o el tráfico se pone de locos, se va la energía eléctrica, te mojas y cachas un resfriado o te arruina los planes. En mi caso me acaba de arruinar no sólo un plan, sino una estúpida entrevista de trabajo. Y sí, es estúpida porque ni siquiera es un trabajo que me guste, es sólo para que dejen de decirme que no trabajo y no produzco nada según mis padres. Pero bueno, la cosa es que estoy aquí, en una maldita parada de bus, esperando a que la jodida lluvia se calme. Ustedes podrán decirme: Oh querido, pudiste haber visto las noticias y el estado del clima para el día de hoy, ¡Pero sí lo vi y decía que no habría probabilidad de lluvia! El sol matutino estaba bien brillosito, ¡así que cualquiera pudo haber sido timado por el señor sol brillosito! Ah, cómo sea, estúpida lluvia.

Después de casi 10 minutos, por fin parecía que el cielo se abría, mostrándome el bonito azul cielo. Así que salí de esa parada de autobús, corriendo tan rápido como pude, pero, ¡Pero fui timado! No había siquiera recorrido unas dos cuadras, cuando de nuevo un chubasco me atrapó en una tienda de conveniencia. Estaba empapado de mis miembros inferiores, esto de seguro me va a provocar un resfriado, y ni siquiera llevaba dinero extra para un maldito pero calientito café, bueno sí lo llevaba, pero prefería guardarlo para un buen suju y a parte la máquina de cafés estaba fuera de servicio, carajo.

Resignado, tomé asiento en una mesita de aquella tienda y temblando un poco por el aire hijo de perra que se colaba por una inútil ventana rota, decidí que en cuanto se calmara la lluvia, me iría a casa. Estaba enojado, mojado, con mis piernas doliéndome por el frio y la humedad, el ir y poner mi cara de estúpido delante de esa gente que me juzgará por llegar tarde y que no me dará el trabajo por ello, no era una buena idea. Pero al parecer la lluvia no paraba y de verdad, los huesos me empezaban a doler por el frío, así que con pereza me levanté de la mesita y caminé a la puerta de la tienda. Por unos segundos me quedé mirando al horizonte, arrepintiéndome tanto de haber estudiado lo que había estudiado, y tener que mendigar por un maldito empleo. Solté un pesado suspiro y justo cuando iba a dar un paso, escuché como alguien abrió una sombrilla detrás mio.

— Si gustas, puedes llevarte mi sombrilla.

Voltee y wow... un chico de tez morena, con ojos felinos y unos labios tan gruesos como un melocotón me estaba ofreciendo su sombrilla. Llevaba puesto también un traje. Otro bussiness man.

— No, muchas gracias. Estoy bien.

— Se nota que has estado expuesto a la lluvia por mucho tiempo. — me comentó con un rostro preocupado.

— Nada que un baño caliente no arregle.

— ¿No vas a una entrevista de trabajo? — ¡A la mierda! ¿Cómo lo había adivinado? Ah, espera, solo los que vamos a entrevistas, vamos vestidos de esta manera, qué baboso soy.

— Iba... porque ya no tiene caso ir. Sinceramente, mis piernas me están doliendo horriblemente y estoy a nada de resfriarme, así que no vale la pena...

— Entonces insisto más, llévate la sombrilla. —

Su mirada era como la de un cachorrito rogando por un pedazo de carne. No, no Yoon Jeonghan, no estamos para ligar en un 7/11. Así que froté mis mejillas con mis delgadas y heladas manos para que no se me notara el sonrojo y le dije:

— Muchísimas gracias pero estoy bien sin ella.

— Bueno, entonces, ¿Podría acompañarte aunque sea a que tomes tu bus de regreso a casa?

¡Mamá! ¡Un chico super amable, guapo y que huele delicioso (sí, su perfume olía bastante bien) me está coqueteando y yo que iba a una entrevista de trabajo! ¡Ayuda!

Mi sonrojo se intensificó y solo opté por frotar ahora mis orejas frenéticamente. Lo miré de reojo y éste sólo siguió hablando.

— ¿Sabes? Sé lo que se siente estar yendo de entrevista en entrevista, con la mínima esperanza de que te vuelvan a llamar para por fin decirte que has obtenido ese trabajo, y créeme que no es muy agradable, y menos cuando la lluvia te juega de esta manera. Cuando entré por unos cigarrillos, te vi sentado, titiritando de frío, y me vi a mi mismo. Sé lo que se siente y es frustrante, y sé que sólo soy un extraño, pero si por lo menos la sombrilla puede cubrirte un poco, me agradaría que te la llevaras y espero poder hacerte sentir un poco mejor, por que a veces es lo único que necesitamos.

Ayuda, en serio, ayuda. La forma de hablar de ese chico me está cautivando y no tengo ni 5 minutos de haberlo conocido. Ignorando mi agitado corazón y temblorosa voz, le dije:

— Gra-gracias, pero en serio puedo volver solo.

— Oh, bueno, sólo espero que tu resfriado no sea muy fuerte. — sonrió curveando las comisuras de sus labios, haciéndolo ver un tanto tierno.

¿Qué estaba haciendo? No, no, no Jeonghan. No, estás rechazándolo solo por pena, pero si tú no eres así... al diablo.

— Estaba guardando un poco de dinero para un tteokbokki y unas 5 botellas de soju por si me mandaban al carajo en las entrevistas, pero... se me apetece más un café y, no sé si ¿me podrías acompañar mejor por uno? Yo invito.

— Hay una cafetería a dos cuadras de aquí. — dijo volviendo a abrir su sombrilla, haciendo un ademan con su mano indicándome que podía caminar junto a él.

— ¿También tienen postres? Amm...

— Me llamo Hong Joshua. — su nombre sonaba tan bonito...

— Bueno, entonces, ¿tienen postres de fresas en ese lugar, Hong Joshua?

— Claro que sí... —

Levantó una ceja dándome a entender que le dijera mi nombre, y dando un brinquito en un charco le dije mi nombre.

— Jeonghan, Yoon Jeonghan.  

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Bandita! Le he estado echando muchas ganas a este flufftober y creo que ahí voy! :')
Mi lap revivió a medias y estoy esperando el teclado de mi Tab, por eso le meto turbo cuando puedo :')
Mil gracias por leerme y saben que me ponen refeliz saber que les gusta lo que escribo :') 💕