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—No puedo Mau...— Susurra a 2cm de mis labios, bajando la cabeza
—¿Por que no? —contesto triste mirando al piso ahora yo también
—No te pongas así —Me dice levantándome la barbilla para mirarme a los ojos. Los suyos estaban cristalizados, pero ella era la que no quería...
—¿Es por el?¿por Santiago?— digo lleno de bronca e impotencia. Cada día me caía peor ese chico, el otro día me lo encontré en la cocina cuando iba a buscar agua y si Delfi no aparecía no se como terminaba eso
Flashback
—¿Una semana en su casa y todavía no te da bola?— Se burló el pelotudo
—¿Media vida siendo su amigo y todavía no te da bola?— Le sonrió falsamente
—Escúchame gil— Se acerca levantando un poco la voz— Delfina podrá ser ingenua pero yo no soy ningún estúpido y me doy cuenta de tus intensiones— Dice serio — Y sobre que no me da bola yo no estaría tan seguro— Señala con la mirada a Delfi que al parecer no había escuchado nada y nos miraba desde la puerta confundida
Les juro que intentaba sacarme esa frase de la cabeza todo el tiempo, básicamente el había insinuado lo que yo ya sospechaba desde un principio, que algo si pasaba entre ellos. Me sentía un pelotudo, yo ya lo sabia pero ahí fui a enamorarme de ella igual... wow, enamorarme, era la primera vez que decía es palabra con tanta seguridad
—Con Santi no pasa nada Mau —Me saca de mis pensamientos su dulce voz
—¿Entonces que es?—Pregunté confundido, estaba casi seguro que era eso, ahora si que no entiendo nada
— Solo...—puedo notar como le tiembla la voz—... no me la hagas mas difícil— me dice sin mirarme a la cara mientras se soltaba de mi agarre— Mañana va a ser un día importante y quiero que lo disfrutes, descansa ¿si? —termina de decir para después subir las escaleras mirando al suelo y dejándome ahí parado, con mil preguntas y el corazón hecho pedazos
Todavía no entiendo lo que pasó, fueron solo un par de minutos pero para mi el tiempo se había detenido en su mirada, solo nos conocíamos desde hace un par de semanas pero al mirar sus ojos en ese momento sentí que era lo que toda la vida busque, que una parte suya siempre estuvo dentro mío, solo me faltaba encontrarla... y podría jurar que no fui el único que sintió todo eso. Pero entonces ¿Qué la detenía?.
Las ultimas dos semanas habían sido hermosas, nunca me había sentido tan bien y tan yo en algún lugar, por unos días deje de ser Lit Killah y pude volver a ser Mauro. Eso me sentía con ella, volvía a ser ese adolescente con ilusión en los ojos, con ella no me importaba el mundo, la fama, los oyentes o las visualizaciones, solo éramos ella y yo. Y me sentía tan afortunado de conocerla, todo el mundo debería tener una Delfina en sus vidas, me daban ganas de presentársela a todos mis amigos y agarrarla de la mano cada vez que salgamos a la calle sin importar cuantas personas nos saquen fotos.
Me fui a dormir obligándome a no pensar mas en eso, mañana seria un día largo y todavía no sabia de donde iba a sacar fuerzas para subirme a ese escenario y dar lo mejor de mi con el corazón roto, y peor aún, como iba a hacer para cantar una canción con ella sonriendo y fingir que lo de esta noche no había pasado, que no la amo y que ella tal vez no siente lo mismo.
Al despertarme Delfi no estaba en la casa, supongo que tenia clases o estaba evitando verme. Desayune rápido y tome las llaves para salir al estudio, tenia que arreglar unas ultimas cosas antes de ir al show.
En la puerta me lo encuentro a Leo
—Che bro, ¿listo para esta noche?— Me dice saludándome, Leo me caía re bien, parece re buen pibe y buen amigo para Delfi. No como otros, pienso
—Tengo que preparar unas ultimas cosas pero si- asintió sonriendo- bueno, me tengo que ir, si buscas a Delfi supongo que se fue a clases
—¿A clases? hoy no tiene clases— Y comprobé que me estaba evitando
—Ah entonces ni idea— subí al auto mientras terminaba la frase y lo saludaba con la mano intentando esconder mi tristeza
Ya eran las 20:00 y estaba listo para subirme al escenario, sabia por mi manager que Delfi había llegado hace unos minutos ya y la estaban maquillando. Ya era la hora de subir ahí y enfrentar las cosas u ocultarlas mejor dicho.
—Che Mau —Me sacan de mis pensamientos tocándome el hombro, era ella
—Hola— digo dándome la vuelta entre triste y nervioso, estaba tan hermosa como siempre, tenia un maquillaje bastante natural pero con unos brillitos debajo de los ojos, se había dejado sus ondas atadas en una media cola y tenia un hermoso vestido negro pegado al cuerpo con detalles fucsia que combinaba con mi ropa y resaltaba sus curvas.
—Escuchá —me dice agarrando mis manos y mirándome a los ojos —Hoy es un dia importante para ambos y no quiero que absolutamente nada lo arruine, así que dejemos de lado por un par de horas todo lo que paso y subamos ahí a disfrutarlo como todas esas veces que lo ensayamos en el estudio...solo vos y yo...— concluyó tiernamente haciendo puntitas para darme un beso en el cachete. Solo ella sabia exactamente que decir para levantarme el animo, llenarme de energía y volver a ser yo
—Bueno enana, te veo ahí arriba— Me despido guiñándole un ojo
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