Aretes de él

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Le había dolido no verla, pero ahora ella estaba allí.

Le sujetaba la mano y estaba seguro de que esta vez se quedaría.
De que el calor de esa mano no dejaría la suya.

Las joyas le llamaron la atención, pero solo después de ver que tenían la de ella.

- ¿Te gustan esos?

- son preciosos...

Ella era mucho, mucho más preciosa.
Pero si esas joyas le hacían brillar de ese modo los ojitos, necesitaba dárselas.

- Quedarían más bellos si los llevaras puestos.

Quiso entrar a la tienda y comprarlos como obsequio para ella.

Pero fue ella misma quien se lo impidió.

- yo... me tengo que ir ya.

Intentó impedirlo. Intentó que se quedara con él.

Pero más allá del delicado agarre en su muñeca, no pudo decir nada para retenerla.

- lo siento jason.

Ella volvió a irse.

Y él compró los aretes, y lloró viéndolos.

Dejarte ir; Dejarte atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora