Dejarte ir; Dejarte atrás

Playa de ella

Cuando se sumergió en el mar, cuando las olas golpearon su cuerpo, cuando el sol hacía brillar las miles de gotitas sobre su piel.

Ella se sintió libre.
Por primera vez, completamente libre.

Porque entonces no tenía que preocuparse de nada.

No tenía que recordar. No tenía que escuchar.

Tampoco debía estar sola, porque él estaba allí.

Y cuando salió a la superficie y le vió sonreír con tanta emoción.
Aunque fue tan débil como siempre, su sonrisa fue sincera.

- te ves lindo.

Él siempre la admiraba y adoraba.
Pero nunca se había apreciado a sí mismo, era lo que ella creía.

¿No sería bueno hablar de lo hermoso que era él, por una vez?

- Y tú te ves hermosa.

Él nunca dejaría de decírselo, ella lo sabía.

Y Alice, por una vez, quiso aceptar que era, tal vez, bonita.
Ella era bonita.

Pero no en aquel momento. No con el bikini.

- con otra ropa, tal vez...

Y sí, ahora ya no podía desmentirle, porque él no estaba mintiendo.

Era solo cuestión de cubrirse un poco más...

- ¿Lo dices en serio? Alice, eres preciosa. Toda tú. Tu cuerpo es precioso.

Ella no podía creerle, pero le creyó.

Le creyó, porque no quería creer en nadie más.
Y no quería dudar de él como dudaba de los demás.

Pero que le creyese no significaba sentirse bien, no.

Ella volvió a sentir la presión en su pecho, el picor en la garganta y el ardor en sus ojos.

Tomó la camisa de él y se la puso cuando recibió su aprobación.

Tenía la suya. Pero quería quedarse con algo que le recordara a él.

- jason, perdón. siempre hago esto, lo siento de veras.

Ella le dejó ver todo lo que sentía en las lágrimas que se acumulaban en sus ojos.
Porque necesitaba que él lo supiera todo ahora.

Él le dejó ver cómo la culpa le llenaba el alma, igual que las lágrimas llenaban sus ojos.

Y cuando esas lágrimas se desbordaban y rodaban por el precioso rostro del chico, la chica se daba la vuelta para alejarse de quien acababa de lastimar.

Porque ella estaba convencida de que solo lo hería.

Y supo que no era la primera vez que él lloraba tras su partida.