Estaban los dos en una banca, sentados juntos.
Ella abrazada a su torso, él abrazado a sus hombros.Ella se siente cómoda.
No está tranquila del todo, pero él la relaja.Él y su característico olor.
- hueles a vainilla.
- ¿Y te gusta la vainilla?
Ante la pregunta de él, ella asiente.
Pero la vainilla no es lo que más le gusta.
Porque estaba él... ¿Qué sentía por él? ¿Por qué nunca lo había admitido?- me gusta.
Ella hablaba de él. De su olor. De su todo.
Y el momento era perfecto. Hubiese podido quedarse así para siempre...
- Me gusta abrazarte así... Puedo sentir cómo late tu corazón.
... Pero de pronto él habla de su corazón.
Y a ella le duele.Le duele porque siempre se ha obligado a ignorar ese corazón.
Y cuando él quiere prestar atención a sus latidos, su resistencia se debilita y comienza a tener tantas emociones...
Pero ella no puede, o más bien no quiere enfrentarse a ello.
No quiere romperse, no quiere llorar.Así que necesita ignorar ese corazón.
Aún cuando eso signifique ignorar el de él también.- me tengo que ir.
Esta vez no pudo mirarlo siquiera.
Ella se fue de nuevo, en silencio.Y esta vez el dolor en sus muñecas no fue suficiente para silenciar el llanto de su dolido corazón.
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Dejarte ir; Dejarte atrás
Não FicçãoAlice sabe que no puede dejarlo atrás; aún así, una y otra vez, le da la espalda. Jason sabe que no puede dejarla ir; aún así, una y otra vez, la observa irse en silencio.