Por fin ha logrado el futuro que deseaba, pero.. ¿realmente todo acaba aquí?
Las consecuencias de sus viajes y experiencias anteriores pueden quebrar a cualquiera y él, no es la excepción.
𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚
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El eufórico llanto del bebé anuncia su alumbramiento. Takemichi siente la emoción recorrerle de pies a cabeza cuando la matrona retira con cuidado a ese pequeño ser y lo toma en sus brazos, mientras que a la par cortan el cordón umbilical.
— Felicidades a ambos, es una niña
Ahora puede entender por qué todos los padres dicen que el nacimiento de un hijo es un momento mágico.
Sí, sabe que puede sonar exagerado pero.. ¡Es que nunca pensó vivir algo así! De verdad, después de todo por lo que pasaron, pudo nacer una niña, aquella que jamás nacería tras los constantes asesinatos a su esposa en el pasado.
Lo imposible se hizo posible.
Puede sentir como su mirada comienza a aguarse y Hinata alcanza su mano para darle un ligero apretón.
Sonríe emocionado, Hinata a pesar de haber parido recién y estar agotadísima, se preocupaba de su estado. No puede evitar sentirse bendecido, tanto por su pareja como por la pequeña.
— ¿Ya pensaron en un nombre para ella?
Los dichosos padres primerizos intercambian miradas antes de asentir a la par.
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— Está muy quieta —Musita por lo bajo Mikey, apoyando sus brazos contra la barandilla de la cuna al acercar el rostro para inspeccionar.
— Es una recién nacida Mikey, ¿qué esperabas? —Razona el del tatuaje en la cabeza, mientras se asoma de igual forma, curioso, para conocer a la pequeña.
— Cierto, se supone que así de peque solo duerme, come y caga, ¿verdad Mitsuya? —Baji se asoma igualmente desde el lado contrario a Draken, sin lograr evitar el comparar a la bebé con un cachorro.
— Sí, es normal —Responde el de cabellos violetas, aunque sin acercarse demasiado de momento, prefiere ver a la niña cuando no la estén rodeando.
— Hmm.. Supongo que tienen razón —Concluye el ex comandante de la pandilla antes de estirar una mano y tocar la suave frente de la niña con uno de sus dedos. Abre los ojos sorprendido antes de levantar la vista y mirar al resto— Ya entiendo el dicho de 'suave como el culo de bebé' —Aunque no tocó su trasero, sino que su frente.
