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El primer día siempre acostumbraba levantarse más temprano de lo habitual, aunque no era mucho, pero lo hacía desde que empezó la escuela media y ahora, entrando en el tercer año de la carrera universitaria, seguía con aquel hábito, por eso su alarma sonaba una segunda vez con aquella melodía pegadiza y estruendosa, indicando que debía comenzar con su día, por lo menos darse un baño y terminar de alistar sus cosas y, si se apuraba con sus cosas, podría darse un chapuzón en la piscina que poseía la universidad a la que asistía.
Amaba bailar demasiado y a eso se dedicaba, por eso se había anotado a la carrera de arte con orientación a movimiento, aunque estudiaba en una ciudad algo alejada a sus raíces, por eso fue que a penas terminó de prepararse un desayuno, le envió un mensaje de texto a su madre, informando que ya se alistaba para su primer día y esperaba que la mujer tuviese un día excelente. Luego de hacerlo, sonrió al recordar cómo sus padres no querían acceder a la idea de tener tan lejos a su pequeño, pero ahí estaba, luego del convencimiento que portaban sus palabras y de sus buenos argumentos, tales como madurar, independizarse y haber sido buen alumno para merecer aquel derecho del que disfrutaba actualmente.

Se había preparado dos tostadas con mermelada, algo de cereal y un jugo de naranja, lo cual comía y bebía con tranquilidad para, al terminar con este liviano desayuno, dirigirse al baño para darse una ducha un poco más rápido de lo que había sido su tiempo de comida. Al finalizar con este se puso ropa cómoda, casual, también se colocó su abrigo favorito, uno color naranja con rayas, tal como un tigre.
Terminó de acomodar libros, libretas y útiles dentro del bolso que llevaría, por encima de todo puso una toalla, su gorra y gafas de agua, y su traje de baño. Tomó de sus ahorros para el almuerzo y salió en silencio del departamento, estando seguro de que todos dormían, al menos los que podían, pues todavía no salía el Sol.
Eran las 5.30 cuando tocó la puerta del departamento de al lado, donde vivía su mejor amigo, amigo que no se podía despertar con alarmas pero sí con toques de puerta lo que parecía totalmente ilógico, pero no lo discutía, después de todo, eran esas cosas las que hacían que su amistad durara tanto, por eso lo pasaba por alto y cumplía con aquel favor. Cinco toques y dirigía su rumbo al instituto, el cual no quedaba a más de treinta minutos, que era lo que necesitaba para que abrieran el portón de este.

Una vez que estuvo cerca del edificio le pareció extraño ver gente ingresando al establecimiento, nadie llegaba tan temprano, solo un compañero al que apodaban el fantasma, y nunca lo había visto, así que a sus ojos no era real. Luego de meditarlo por unos segundos, y cuando llegó a la entrada y entró, se dio cuenta que era debido al ingreso de nuevos estudiantes.
Había jóvenes que iniciaban su primer año y también quienes eran del extranjero y hacían un intercambio, así fue que pronto dejó de prestar atención, abandonando aquella duda ya resuelta, pasó a su aula y tomó sus cosas para ir al gimnasio, donde se encontraba la piscina que utilizaba el equipo de natación.

Nadó sin una pausa hasta las 7.15, y solo se detuvo al escuchar que Wonwoo había llegado, indicando con su presencia la hora. Wonwoo era una persona rutinaria, solía llegar a la misma hora o algunos minutos de diferencia, pero su promedio era llegar veinte minutos antes de la primera clase, tiempo que a él le alcanzaba para salir del agua y entrar al salón, llegando con lo justo a esta, el resto de la mañana era tranquila, aunque solo compartía una asignatura con su amigo, pues él se especializaba en las artes de la escritura, con lo cual era muy bueno. El resto se sintió corto, pues todos los temas que tocaban le interesaban muchísimo, excepto lo de aprender un idioma, eso si que le costaba, y era la razón por la que en la tarde debía recursar inglés del segundo año.
Para su suerte, podía olvidar toda frustración que pudiese acumular en el horario del club de natación. Había comenzado a nadar desde joven, luego de tener algunos problemas en la columna por malos movimientos, y le había tomado tanto cariño al deporte que si no era bailarín sería nadador.
En ese club tenía el título de subcapitán, se lo había ganado debido a su puntualidad y responsabilidad, aunque todavía no era muy organizado y tampoco sabía aplicar tan bien los límites, por eso mismo el título de capitán lo tenía un senior llamado Choi Seungcheol. Este estaba en la carrera de artes audiovisuales, en su cuarto y último año, por eso se esforzaba demasiado en impartir sus conocimientos a los demás miembros, para que alguien pudiera liderar tal y como él lo hace, y Soon aprovechaba para tomar nota de todo.
Se encontraba abriendo el cuarto del club y preparando lo necesario mientras esperaba a Choi, quien traía a los miembros viejos y, quizá, a algunos más nuevos, aunque debían tener suerte, porque la última vez solo había llegado un chico.
Finalmente, y para su desdicha, no había nuevos, pero tampoco iban a ponerse mal o entrar en pánico por algún posible cierre, porque siempre tardaban una semana en que los nuevos elijan club, aunque había ciertas excepciones, tales como Soonyoung encontrando el gimnasio y la piscina antes de encontrar el salón de inglés, o como el jovén que corría hacia ellos con sus prendas todas desarregladas y su mochila que parecía a punto de salir volando, corría al verlos empezar a calentar, y para cuando Seungcheol quiso advertirle que no corriera porque podía caer, ya era tarde; El pobre chico lo único que pudo conseguir fue arrojar su mochila para que no cayera junto a él en el agua, cosa que era entendible, cualquiera evitaría una pérdida de materiales y apuntes, los demás solo intentaban no reírse mientras que Kwon tomó cartas en el asunto y saltó hacia el chico en busca de ayudar.
Se impulsó en el agua y con cada movimiento que daba se acercaba más al chico, con el temor de que tuviera algún calambre o estuviese inconsciente, porque sabía que eran cosas que podían pasar.

04:04 Es hora del cambio tanto en lo interior como en lo exterior, mantente al pendiente de tu salud.

swimming fool - 𝕤𝕠𝕠𝕟𝕔𝕙𝕒𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora