Refugio

5 0 0
                                    

Nunca antes había tenido tanta necesidad por hacer que las extremidades de un cuerpo fuesen separadas y eso hacía que me ardieran las manos. La sangre corría a mil por hora provocando el sonido de mi corazón justo en mis orejas, férreo, ardiente... Ansioso de liberación.

Mi vida no había sido nunca tan miserable como lo fue en cuanto la benefactora más adinerada que tenía el orfanato entró por esa puerta de caoba blanca marfil.

Hace mucho tiempo, mi madre atendía ese lugar de recogidos huérfanos, mismos que al crecer y ser adoptados se olvidaban por completo del lugar y sus necesidades y la vieja, por muy buena que fuese, enfermaba al no ver un avance en su "Refugio" como solía llamarlo ella.

Cansada, enferma y anciana, la mujer murió a sus 56 años de edad. Patético. Para mi suerte, herede ese sitio asqueroso y mugriento al que tuve que hacer remodelaciones por aquí y por allá, donde recibí, después de algún tiempo, a más niños de la calle... Personas sin quien las amparará más que yo... Ovejas sin rebaño y en malas condiciones de los que cuidaba con mucho amor, "Jajajajaja ay claro, amor" los cuidaba solo para obtener algo a cambio, algo... nuevo y sin usar...

No era de extrañarse que por lástima a la vieja, el sitio tuviese más ingresos que los anteriores pero sorpresivamente, un nuevo grupo criminal había llegado a la ciudad, plagando a los cobardes de miedo por sus sanguinarias formas de actuar... o eso era lo que decían, bien podían chuparme las pelotas pues ese mismo grupo un día de la nada arribó al lugar.

Era una mujer de estatura promedio, de tes blanca y ojos pequeños pero brillantes. Ese día, ella entró con un maletín, haciendo que su gabán color negro se ondeara ante su paso firme e imponente, sin pedir permiso, tomo asiento frente mi escritorio mientras colocaba una Beretta 92 F platinada sobre este (lo cual me congelo en el sitio) y con una sonrisa armada de colmillos en punta, habló.

-Buenas tardes, un placer. Mire iré al grano, me hablaron de este sitio benefactor y mi compañera y yo queremos invertir en su funcionamiento-

Alzando una ceja, mostró el maletín repleto de dólares, dinero... con eso querían mejorar el lugar. Gustoso y feliz, acepté la ayuda monetaria, entregándole los respectivos acuses de pagos pendientes y gastos, me pidió que contratara personal y agregara habitaciones para los desamparados.

Tiempo después, el sitio ya parecía un lugar decente, había contratado prostitutas sin trabajo para el puesto de "cuidadoras" y había contratado a un doctor privado que aseguraba, no diría nada de las "ovejas lastimadas". Estaba complacido, todos hacían lo que yo quería o eso es lo que parecía...

Hice uso del poder que conllevaba tener un lugar así, usar de vez en cuando las varías habilidades de manipulación que con el tiempo había desarrollado me llevó al punto de tener una conexión bastante fuerte con la "lider" de las cuidadoras: Cindal, Cindal era una mujer a mis ojos muy atractiva, pero demasiado usada, aunque eso nunca implicó un problema al momento de intimar. Pronto, nuestra relación iba más allá de lo físico y ocasional, realmente había logrado desarrollar algún tipo de sentimiento extraño hacia ella... ¿Lastima?, ¿Compasión?. Aún no lo sabía, pero ver a esa mujer desnudar a las pequeñas ovejas hacia que no solo me incrementara el lívido, también crecía ese extraño apego hacia la cara cubierta de base pesada de maquillaje... Hasta que llegó mi hermoso Mar...

Mar era un pequeño cuando recién llegó, apenas pronunciaba algunas palabras y desde que puso un pie dentro del lugar, no quiso salir de las faldas de su acompañante, una vecina que había reportado un desagradable olor proveniente de la casa aledaña a las autoridades, quienes descubierón al único familiar del muchacho (Una anciana de 89 años, abuela materna del chico) muerto, y la habían dejado a cargo de él. Evidentemente los humanos eran egoístas para con los que no eran de su sangre, y ese chiquillo no era nada suyo así que se le hizo fácil dejarlo en el horfanato:

No pienso cuidarlo más, es mejor que encuentre una familia.

Eso es lo que dijo antes de botar la casi nula maleta del pequeño en el suelo y salir del sitio sin mirar atrás. Cindal, atenta como siempre hizo el registro a tientas pues el paliducho no quería decir ni pío, ella lo toco, lo examino mejor dicho, anotando cada cosa importante para mi: lunares, pecas, nivel de reflejos, sistema de reacción. Prácticamente el chico solo con moverse se hacia marcas por lo pálido de su tez... Y ahí fue cuando lo entendí, Mar sería exclusivamente para mi, no dejaría que alguna "familia perfecta" se lo llevara consigo, oh no... Mar era MI oveja, y como tal lo iba a marcar.

Efecto PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora