Capítulo 8

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Kevin no comprendía el por qué corrían, solo podía seguir el ritmo de Edd que estaba dando vueltas por las calles, esquivando a las personas que pasaban entre ellos. En momentos Edd giraba hacia atrás para después a Kevin, este le pedía que fuera más rápido, mientras aumentaba la velocidad, apretaba más su violín y daba más vueltas.

Un gran grupo de chicos grandes y niños estaban frente a ellos, Edd los pasaba pidiendo disculpas. Las personas solo soltaban gruñidos y quejas. No pararon sino hasta llegar a su lugar favorito, solo ahí Edd le soltó la mano para tomar una gran bocanada de aire y soltarse a llorar. Kevin estaba estupefacto, analizando lo que acababa de pasar, muchas preguntas comenzaron a formularse en su cabeza, pero ninguna salía, sentía que no tenía voz.

Se quedó unos segundos que parecían minutos, parado viendo como Edd arrodillado mientras se abrazaba lloraba, estaba en la misma posición que lo había encontrado en su casa.

-Que...-

-Lo siento-Le interrumpió Edd- Todo este tiempo eh estado engañando.

Kevin caminaba a su lado, le iba a poner la mano en la espalda al hincarse. Pero no lo hizo, se quedó callado.

-No soy de San Francisco, mis padres no están muertos... no soy Eddward Twain.-Hablo rápido, sollozos intermedios.-Toda mi vida aquí es una farsa, no soy pobre, la verdad de que sea tan correcto es que me educaron para ser ejemplar, para ser perfecto y vivir entre torres. Pero yo no quiero eso, nunca lo quise.

-Edd...-

-Yo solo quiero ser feliz-soltó para volver a romper en llanto.-No quiero dejar de ser Twain. No quiero.

Kevin espero a que se calmara, tomo bastante tiempo, no podía abrazarlo, ni siquiera tocarlo, por dentro se sentía ¿Traicionado? ¿Confundido? ¿Atolondrado? ¿Acaso era real esto? Esas y más preguntas se formulaban, mientras todas las ideas se conectaban, el pañuelo, la actitud de Edd, el cómo había reaccionado cada que veía el periódico o cada que salía del baño, ese día, apenas hace unos días.

¿Quién era el Eddward verdadero?

-Lamento haberlo hecho- Miro a Kevin con ojos rojos, llenos de vergüenza y tristeza.

-Quiero la verdad-Por fin dijo tratando de no perderse en esos ojos.

Edd suspiro, tardo unos segundos, asintió y hablo- Mi nombre es Eddward Marion, soy el heredero a la corona de Inglaterra, me escape unos día después de mi compromiso con la princesa del reino vecino. Mis amigos, los únicos que tengo son los hijos de la cocinera y del de las caballerizas, llegue aquí en un barco de comercio.-Miro a Kevin después se soltar todas esas palabas.

-¿Porque aquí? de todos los lugares.

-Era el único del que no había hablado con nadie, era el último lugar en donde buscarían y la verdad no pensé que llegaran tan rápido.

Kevin asentía como si lo entendiera y la verdad es que no, salvo por la parte de querer ser libre.

-Había dejado una nota donde me despedía de mi puesto, diciéndoles que lo lamentaba pero que no era feliz, no le dije nada a nadie sobre mi huida.

-Al llegar aquí me sentí tan libre de que nadie me viera con respeto, se inclinara y me hablara de majestad, el que me vieran como un igual me gustaba, y el ver cómo era la vida por uno mismo, me emocionaba y...

-Basta...

Edd callo atemorizado y no era para más, el tono que utilizo Kevin, era de enojo, no lo había escuchado así, y menos esa mirada, no era la misma de desprecio que le lanzo cuando se conocieron, esta reflejaba una más fuerte.

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