Capítulo 9

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Edd está frente a su gran espejo de su recamara, se estaba acomodando el pañuelo en su cuello alisando su camisa, suspiro mirando su reflejo, no se reconocía, sentía que era otra persona. Su cabello había sido perfectamente peinado, la ropa hecha de seda fina, su porte, volvía hacer el joven príncipe de Inglaterra.

-Perdóname-dijo a su reflejo. Fue a la puerta pero regreso y se revolvió el cabello, sonrió y decidió irse ahora a con su padre. Mientras caminaba pensaba.

En la noche anterior había sentido la gran cama reconfortante, pero estaba seguro que cambiara esa suavidad por la vieja cama de Nuevo México, al haber llorado mucho, se sentía cansado y había caído dormido, quería creer que todo era una pesadilla que al despertar no estaría allí, en el reino. Pero el sol que no se filtraba por la ventana al dar en su cara no lo despertó, quien lo hizo fue Otto el mayordomo.

-Príncipe Eddward, -Toco la puerta quitando el seguro de la misma-El rey, lo espera el salón del consejo.

Por esas palabras, Edd salió, a la puerta, habían dos guardias en los laterales, junto al mayordomo, que lo reverenciaron.

-Por favor no hagan eso-Dijo en modo de saludo y derrota,-Otto te dije que me dijeras Edd.

-Lo lamento príncipe Eddward pero su padre nos ha pedido que nos referenciamos así.

-Al menos dime Joven-Sugirió Edd. Otto negó iba a responder pero Edd le interrumpió-Es una orden.-Con vos autoritaria.

-Lo lamento príncipe Eddward pero hasta que usted no porte la corona no se nos tiene permitido hacerlo.-Otto había tronado los dedos para llamar a las mucamas y a los costureros, para que le ayudaran a bañarlo y vestirlo. Edd pidió que no lo hicieran.

Nunca lo había pensado pero esas personas lo habían alistado por años y nunca había tenido pena, hasta esa vez que le gano la vergüenza. Claro, no lo habían bañado completamente desnudo, pero si en paños menores.

Parado frente a la puerta, podía escuchar el pasar de hojas junto a murmullos de su padre. Inhalo hondo y decidió entrar, todo el tiempo acompañado de los guardias.

-Quieras verme-Afirmo más que cuestión. Su padre levanto la mirada.

-Acércate-Edd se posó frente al escritorio. Su padre junto sus manos. Edd comenzaba a sentirse incomodo mientras pasaban más los segundos.

-As olvidado la puntualidad-Hablo por fin, Edd estaba confundido- Te he mandado a llamar hace 10 minutos.-le pidió que se sentara. –Al parecer Otto no ha hecho bien su trabajo.

-El hizo bien su trabajo, fue mi culpa.-Hablo Edd antes de que su padre le pidiera aun guardia llamar al mencionado.

-Eddward Marion eres el heredero a la corona, y lo que has hecho nos ha traído más problemas, por fortuna el rey Arturo nos ha concedido una segunda oportunidad.-callo unos segundos- L princesa llegara esta tarde, y la boda será para pasado mañana.

-Pero padre...

-¡No voy a permitir que faltes a tu deber otra vez!-Grito mientras se ponía de pie. Parecía que había acumulado mucho estrés y enojo.- ¡Te casaras pasado mañana! ¡Mientras tanto se te darán clases rápidas para que recuerdes quien eres y cuáles son tus obligaciones!

-Y para asegurar que no juegues esta tarde vendrás a la sala del consejo y te sentaras a la cabeza. Debes de saber todo lo que tu tonto berrinche ha ocasionado- señalo a su hijo con una autentica autoridad, Edd no pudo más que pensar que sería la segunda vez que estaría en el consejo, anteriormente había tomado el lugar de su madre en esa junta que eran al lado derecho del rey pero ahora el tomaría el lugar.

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