Capitulo 2

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Los días pasaban, el ambiente era más acogedor, Edd tuvo la oportunidad de explorar el lugar en su día libre, encontró varios locales de comida, así como de ropa, pero hubo una en especial que le gusto, era un vivero. Nunca tuvo una planta en casa, es más parecía que estaban prohibidas pues nunca vio alguna. Entro al local donde la saludo una chica morena, vestía un blusa delgada blanca y una falda larga de flores.

Exploro hasta que encontró un cactus que le pareció muy llamativo, según su criterio parecía que el pequeño cactus le llamaba, le pedía irse con él. En si era con muchos cabellos, tantos que parecía que estaba viejito y si lo tomo y la chica le dijo el modo de cuidado, sus regados y la forma de su crecimiento.

Como todavía le quedaba por ir a comprar ropa y comida, le pidió a la chica que se lo encargaba y en una hora regresaría. Ella asintió y lo puso detrás del mostrador.

Salió a toda prisa a comprar algunas camisas y pantalones, sus zapatos aún estaban buenos así que se fue a comprar algunos pequeños víveres comunes y esenciales. Le sorprendió y se sintió orgulloso de haber aprendido bien de la cocinera cuando sacaba la despensa en casa.

Al salir del mercado, se detuvo en lo que parecía ser un lago, la vista era maravillosa pues no había más que vegetación alrededor y más aún porque los rayos del sol le daban más vida a lo que se encontrara allí. Se perdió tanto en esa vista, más al ver que un gran cactus sacaba una flor en la punta, le pareció algo caótico y hermoso. Cuando se dio cuenta, el sol le quemaba la nuca por lo se dirigió por su primer cactus y no parecía más que emocionado por la experiencia. Al llegar se encontró en la puerta con Kevin quien cargaba una caja chica con varias macetas y plantas que también le habían gustado pero no cautivado, cuando se acercó más Kevin lo visualizo curioso en su caja mientras cerraba la puerta.

-Hola, Kevin-Saludo Edd.

-Hola Edd-Devolvió Kev.

-¿Son tuyas?-Pregunto Edd mientras se acomodaba algunas bolsas.

-Sí, son mías.

-Nunca imagine que te gustaran estas cosas.-Edd enmudeció al darse cuenta del sentido de lo que dijo, después de la miraba evasiva de Kevin.- Me refiero que tu postura parece más ruda, como para imaginarte con delicadezas...

Kevin soltó una risotada al ver la cara de arrepentimiento del chico- Si la verdad, me gustan en especial estas porque son más fáciles de cuidar y me gustan por parecer de una belleza....

-Caótica-Termino Edd, emocionado.

-Si-Tardo en reponder-Ehm tú fuiste de compras-Dijo más como afirmación que como pregunta.

-Ah, sí, necesitaba nuevas cosas.-Dijo levantando los brazos y con ellos la bolsa.

-¿Y ya te vas a casa?

-Solo me falta pasar aquí por uno de ellos-Dijo señalando un cactus igual que el suyo.

-Si quieres puedo esperarte y nos vamos juntos.

-¿Seguro?, no quisiera retrasarte.

-Anda ya, no hay problema.

Edd emocionado mostro su sonrisa dejando ver su separación entre los dientes frontales y entro a la tienda. Kevin se quedó procesando lo que acaba de ver, la expresión del chico le movió algo dentro suyo, por la sonrisa que le mostro, su sonrisa fue tan grande que sus mejillas se tornaron rosados, a parte del calor, sus ojos azules le parecieron brillar, moviendo la cabeza alejando el pensamiento, dirigió la mirada al cuerpo esbelto de Edd mientras platicaba con Martha, mientras le entregaba en una cajita su cactus.

Saliendo se fueron juntos hasta el punto donde se tendrían que separar para ir cada quien a su casa.

-¿Hoy también es tu descanso?-Pregunto Edd al llegar al camino.

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