Estoy aquí

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Ya en la aldea,Sarada se despidió de su equipo y caminó rumbo a su casa. Quería dejar a un lado el asunto de su padre,pues ahora debía ir a entrenar con su tío Itachi. Sarada durante el camino,estuvo observando a su alrededor,pero no vió a nadie,por lo que supuso que su padre no se encontraba en la aldea. Sarada abrió la puerta de su casa y se encontró algo que no esperaba.

-Sarada...

-¿Si,mamá?

-Té he dejado salir porque tenías misión,pero hoy no saldrás.

-¡¿Cómo?!

-Lo que oyes,hoy no saldrás.

-Pero ¡¿Porqué?!

-¿Acaso ya se te olvidó a que hora llegaste anoche?

Sarada comenzó a angustiarse,sudaba frío y su mirada temblaba. Se resignaba a quedarse encerrada en casa mientras su tío la esperaba.

"¡¿Porqué hoy?! ¡¿Porqué tenía que pasarme esto justo hoy?!"

-No.

-¿Cómo dices?

-Que no me quedaré aquí encerrada. Ya pedí disculpas por ello.

-No pienso discutir contigo sobre eso,estás castigada y punto,no hay más que hablar.

-Como quieras,pero me iré.

Sarada se duchó,se cambió de ropa ya que la suya estaba llena de tierra por la misión anterior y nuevamente bajó.

-¿A dónde crees que vas?

-Ya te dije,me iré.

-Nada de eso. - la madre sujetó la muñeca de la joven que estaba a punto de girar el pomo de la puerta.

-Suéltame,mamá.

- Te dije que hoy no ibas a ningún lado...¡y hoy no vas a ningún lado!

Sarada trató de todas las formas posibles de contenerse,no quería soltar palabras hirientes pero cada vez le costaba más y más. Sabía que le debía respeto,pues era su madre. Pero estaba por perder el control de sí misma,de que la ira se apoderara de ella.

-¡Y yo te dije que me soltaras!

Sarada fuertemente se deshizo del agarre de su madre. Antes de poder reaccionar,sintió la cara arder. La madre había abofeteado la cara de la joven.

-¡Tú a mí no me gritas que te quede claro!

-¿Ah si? Pero tú si puedes gritarme,¿no?

-¡Soy tu madre y tengo más derecho que tú!

-A ver ,en primer lugar,sigues gritando y en segundo lugar,ser mi madre no te da derecho a gritarme y tratarme cómo te dé la gana.

-¡No dirías éstas cosas si estuviese tu padre aquí!-dijo la joven mientras abofeteaba la cara de la joven por segunda vez.

Esa fue la gota que colmó el vaso. Sarada tardó un par de segundos en reaccionar. Cuando lo hizo,lentamente volvió su mirada hacia la madre,y sonrió.

-Tú misma lo has dicho, "si estuviese". ¿De verdad crees que aceptaría regaños por parte de un hombre que ni conozco?

-¡No es un hombre cualquiera,es tu padre! ¡Trátalo como se merece!

-¿Mi padre?

Sarada comenzó a liberar la ira que llevaba desde el inicio de la conversación guardando. Trató de calmarse pero su madre no hacía más que acusaciones que empujaban a Sarada a responder.

-Mi padre me abandonó hace más de UNA DÉCADA.
¡No sé ni siquiera cómo es su cara o su voz! ¡No sé si pensar qué está vivo o tal vez esté muerto! ¡De todas formas no le iba a llorar la muerte a un hombre que NO CONOZCO! ¡¿Crees que a eso se le puede llamar "padre"?! Y ten por seguro que le trataré como se merece.

Sakura no daba crédito a lo que estaba escuchando,pero de alguna manera no pudo decir nada ya que su hija tenía razón. Ella no podía defender a alguien que no estaba. Sabía que él no las había abandonado pero también sabía que aún teniendo un padre,su hija creció sin él. Creció viendo cómo los demás tenían a sus dos padres mientras que ella hacía de padre y madre a la vez...aún teniendo un padre...
Sakura tras esas acusaciones se quedó paralizada y su hija salió corriendo por la puerta.

-N-No puedo más...-se echó en el suelo la madre mientras sollozaba,tratando de ahogar su llanto.

Sarada salió de su casa tan rápidamente como pudo. Estaba llena de rabia,de ira y de dolor. Acababa de mostrarle a su madre,una parte de ella que hace tiempo había guardado bajo llave. Pero hoy,hoy había salido a la luz la Sarada que su madre no conocía. Acababa de ver una versión distinta a la que conoce de su hija. Sarada no se arrepentía de lo dicho,al fin y al cabo,tenía razón.
La joven no tardó en llegar al árbol donde siempre iba a ver a su tío.
Itachi estaba sentado en la rama de un árbol,situado justo en frente del árbol del que en algún momento debería salir su sobrina.
Llevaba esperando mucho tiempo y Sarada tardaba demasiado. Comenzó a preocuparse al no ver a nadie salir. En un intento trató de abrir él mismo al puerta,pero fue un intento fallido,ya que al tocarlo él,no era más que un simple árbol. Volvió a posarse sobre la rama en la que estaba antes,tratando de mantener la calma,esperó. De un momento a otro,una joven pelinegra llorando alterada salió por aquella puerta. Itachi al verla bajó inmediatamente de la rama del árbol y se dirigió hacia ella. Se quedó enfrente de ella,estaba confuso.

-¿Qué pasa,pequeña?-preguntó Itachi preocupado al ver a su sobrina así

-¿Qué pasa,pequeña?-preguntó Itachi preocupado al ver a su sobrina así

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Sarada alzó la mirada hacia los ojos de su tío.Sarada sin decir nada se abrazó fuertemente a Itachi. El joven abrazó a su sobrina,rodeándola con sus brazos.

-T-Todo es u-una mierda...-dijo la joven abrazada al pecho de su tío entre sollozos y llantos,tratanto de controlar su respiración.

-¿Y eso? -preguntó Itachi preocupado al verla así.

-Mi padre nunca está, y-y mi madre no lo entiende...

Itachi pareció comprender la situación e inmediatamente supuso lo que había pasado. Y mientras acariciaba el cabello y la espalda de la joven dijo.

-Llora todo lo que necesites,pequeña. Estoy aquí.

Esas palabras provocaron aún más el llanto de Sarada,que por dentro estaba maldiciendo el hecho de qué su tío estuviese muerto realmente. Itachi era el único que le brindaba su protección,su cariño. Cuando estaba al borde del vacío,la única mano que veía era la suya,él y solamente él era quien la sacaba de aquel vacío.
Se apegó aún más el pecho de su tío,que le ofrecía una cálida y amable sensación de protección.

"Me duele tanto verla así...pero no puedo hacer nada,en su presente,por más que me niegue a aceptarlo,estoy muerto."

-Pequeña.

Sarada levantó su mirada hacia la de él.

-Si quieres,para que te despejes,puedes quedarte ésta noche aquí.

En busca de mi verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora