Prólogo

838 64 3
                                    

Petunia Durleys no sabía que es lo que iba a hacer, jamás se imaginó que en el momento en que abriera la puerta para sacar las botellas de leche se encontraría con un pequeño bebe durmiendo enfrente de la casa, envuelto en unas mantas con una carta entre sus pequeñas manos. Sintió la brisa otoñal y vio como aquel bebe se removía entre las sabanas como si estuviera a punto de despertar. Petunia dejo las botellas en la entrada y metió al pequeño bebe a la casa antes de que de que se enfermara por el frio que empezaba a llegar.
Ya dentro de la casa se dispuso a leer la carta que acompañaba al chiquillo mientras lo coloca a este en un lugar de la sala. Descubrió que su nombre era Harry, pero también menciono algo que desconcertó a Petunia. La carta mencionaba que era hijo de James Potter y de su hermana Lily Evans, -eso simplemente no tiene sentido- pensó ella.
Revisando que Harry no se fuera a despertar pronto fue a su habitación, en ese momento Vernon no se encontraba en casa, había salido sin decirle sus razones a su esposa, en esta situación ella agradecía que no estuviese así que no se cuestionó su ausencia. Ya en su cuarto saca una caja de debajo de su cama la cual estaba llena de cartas, la tomo entre sus manos y bajo a la sala con el pequeño Harry.
Empezó a releer las cartas y buscar algo que diera sentido a lo que estaba pasando, pero no lo encontró. Las cartas que tenía habían sido enviadas por su hermana, desde hace años, ella no había dejado de escribir, aun a pesar de actuar grosera con ella, aunque nunca le respondía ni una de sus cartas (pero tampoco se deshizo de ninguna de ellas, las había conservado todas) ella seguía escribiéndole. Pero las cartas de su hermana parecían contradecir la carta con la que había llegado el infante.
En sus cartas ella nunca menciono un matrimonia con James Potter, aunque si menciono que se había casado, no con ella sino con un tal Tom, también sabía que su hermana parecía locamente enamorada de una chica que conoció en su escuela. Él bebe empezó a despertarse y al reconocer en donde se encontraba empezó a  llorar. Petunia se levantó para intentar calmar al niño, no quería que sus llantos despertaran a su hijo, el cual le había costado dormir.

Una vez el Harry se calma un poco Petunia pudo apreciar los ojos de este, eran verdes oscuros como si vieras el bosque dentro de ellos, brillosos debido al previo llanto del pequeño. En ese momento recordó algo. Mientras arrullaba a bebe con una mano, con la otra intentaba encontrar una carta entre el montón, cuando la tuvo entre sus manos leyó y encontró lo que buscaba, la carta mencionaba que James y Tom habían tenido un hijos (cosas que ella no entendió muy bien pero supuso que eran cosas de magos) pero no mencionaba su nombre pero si los describía, descripciones que encajaban con el pequeño Harry, así que supuso que se traba de él.
Petunia soltó un suspiro cuando él bebe mostro signos de que empezaba a volver a quedarse dormido, vio como esos ojitos se iban cerrando, inevitablemente pensó en su hermana que compartía el mismo color de ojos solo que un tono más claro, sintió un gran dolor albergarse en su pecho, su hermana había muerto y eso le dolía mucho, se sentía culpable por todo lo que le había hecho, lo que le había dicho, ni siquiera recuerda en que momento la empezó a tratar tan mal, ellas  eran muy unidas en la infancia, y a pesar de que siempre quiso volver a hablar con ella y arregles las cosas, sentía que había como una fuerza que se lo impedía.
Ella sabía en cierta medido la verdad sobre Voldemort, por lo que pensar que el la asesino era absurdo, así que, algo había detrás del asesinato de su hermana, así es como ella en medio de la sala con un bebe dormido en sus brazos se propondría descubrir que es lo que había sucedido esa noche.





Nota de Autor
Esta es mi primera historia así que perdonen mi faltas de ortografía. Espero que les haya gustado

Amor leal para siempre jamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora