Capítulo 3 "Adiós Privet Drive"

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Petunia llego a su casa antes de que se pusiera el sol, estaba de cierta forma emocionada por sus compras, siempre deseo aprender magia y ahora tenía esa oportunidad, quisiera que Lily estuviera con ella para ayudarla. Entro a su casa y vio a Arabella acomodando la sala.

-Oh Petunia ya regresaste- le recibió con una cálida sonrisa.

-¿Dónde están los niños?- pregunto una Petunia.

-Ellos están en sus cuartos durmiendo- respondió –crecen tan rápido, pronto estarán mostrando sus primeros indicios de magia-

-Pero ¿Qué?- dijo desconcertada – ¿desde cuándo lo sabe?

-Desde el principio, que te parece si te lo cuento mientras te ayudo a preparar la cena, tu esposo no tardará mucho en llegar- ambas mujeres se dirigieron a la cocina- yo nací en una familia de magos pero lamentablemente yo nunca presente signos de magia, mi familia me desprecio, desconocieron como un miembro de ellos, estuve un tiempo sola hasta que Dumbledore apareció me ofreció ser parte de su dichosa orden del fénix, he sido su contacto con el mundo muggle por mucho tiempo, hace unos meses me asigno la misión de vigilar a Harry Potter, de ver que este estuviera con sus tíos, me dijo que sin importar como estuviera Harry no dejara que este se encapara de su casa, la verdad desde la guerra empecé a notar algo raro en él, siempre decía cosas como hacer todo por "un bien mayor", sus acciones eran cuestionables y sinceramente ya no confío en él. Por eso intente acercarme a ti Petunia, quería que supieras esto y te mantuvieras alerta, espero que me creas-

-Te creo, yo tampoco confío en Dumbledore, esta mañana fui a Gringotts y me realice una prueba de Herencia, resulta que yo soy una bruja pero Dumbledore había bloqueado mi núcleo mágico y había aplicado convulsiones, logre retirar todo aquello de mí, me compre una varita y algunos libros- saco la varita de su bolso y se la mostro a Arabella –tengo muchas cosas que aprender y resolver todavía-

-Te puedo ayudar- ofreció Arabella –tal vez yo no tenga magia pero pude observar a mis hermanos aprender magia-

-Muchas gracias Arabella, por todo lo que has hecho por mí- miro la hora que marcaba el reloj que colgaba en la pared de la cocina –no quiero correrte pero ya casi es la hora de que Vernon regrese así que sería mejor si regresaras a tu hogar-

-Claro, volveré mañana a la misma hora de siempre y empezaremos tus primeras clases de magia- con eso Arabella se despidió.

Los días transcurrieron con tranquilidad, después que Vernon se fuera a trabajar Arabella llegaba a casa de Petunia, le enseñaba las bases de la magia, ayudaba con los niños y con los quehaceres del hogar, la mayor se retiraba antes de que el hombre regresara a su hogar. Una vez dominadas las bases de la magia se dedicaron a estudiar un poco de historia, las familias ancestrales, sistema económico, sistema político y sistema educativo del mundo mágico.

Las labores hogareñas se volvieron más fáciles gracias a la magia además Dudley y Harry crecía cada vez más y le daban más tiempo a Petunia de aprender, le había llamado mucho la atención la medimagia y los hechizos de protección así que decidió estudiar a más profundidad en ellos, ella recordaba haber tomado un curos de enfermería cuando tenía aproximadamente 18, claro no eran lo mismo la enfermería muggle que la medimagia pero sus principios no diferenciaba mucho entre ellas. Algunos días volvía al Callejón Diagon por más libros u objetos que le ayudaran para la medimagia, además de uno que otro libro infantil para poder leerles a los niños.

Al cabo de que los niños cumplieron un año los primeros indicios de magia se empezaron a manifestar Petunia siempre estaba lista para arreglarlo antes de Vernon viera, en ese momento creyó que esos estallidos solo pertenecían a Harry, no fue hasta una noche cuando Dudley se despertó en la madrugada llorando, cuando Petunia entro en la habitación vio que muchos de los juguetes empezaron a flotar alrededor de su hijo enseguida fue a calmarlo y tomo su varita para ordenar todo en el cuarto antes de que Vernon notara lo que había sucedido no quería imaginar lo que el haría si se llegara a enterar.

Amor leal para siempre jamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora