La casa que le había dejado Lily se encontraba cerca de un bosque a las afueras de Londres mas no había problema de llagar al centro de la ciudad, contaba con una buena disposición, era de dos pisos, en la planta baja se encontraba el comedor, la cocina y sala, además de un baño, en el piso de arriba se encontraba el cuarto principal que tenía su propio baño y un balcón, aparte había otros tres cuartos más sencillos, otro baño y una pequeña biblioteca que contaba con libros de mágica y literatura clásica muggle, junto a los libreros se podía ver una mesa de buen tamaño acompañadas de unas sillas, sobre la mesa unas lámparas.
Petunia se quedó con el cuarto principal dejando que los niños escogieran el cuarto que quisieran para ellos, debido a que la casa no se encontraba cerca del centro era un lugar privado por lo que Petunia poder hacer uso de la magia sin preocuparse mucho de que alguien estuviera bien, claro que seguía tomando una cuantas precauciones, siguió mostrando a los pequeños sobre la magia con ayuda también de los libros, quería que ellos estuvieran preparados para cuando empezaran su educación básica, en cuanto a la educación básica muggle, Petunia había tomada la decisión de educarlos en casa ella temía de que algo les fuera a pasar y no estuviera ahí para protegerlos, quería mantenerlos a salvo todo el tiempo que pudiera pues sabía que muchas cosas se aproximarían en el futuro, solo al menos por el momento tenerlos cerca de ella.
Los años pasaron y en un día de verano de 1991 mientras Petunia termina de recoger la mesa después del desayuno escucho como algo tocaba la puerta, dejo los platos en el lavamanos y abrió encontrándose con la correspondencia a los pies de la puerta principal, tomo las cartas para darles una vista, había facturas, revistas, folletos, su mirada se quedó fija ante los últimos dos sobres que estaban dirigidas a Dudley y Harry respectivamente, sabía que en algún momento estas cartas llegarías, hace unos días que su hijo había cumplido once años y Harry los cumpliría al final del mes, era obvio que pronto mandarían las cartas.
Subió a su habitación y gurdo las cartas en el cajón de su litera, hablaría con los niños sobre esto después de la cena, bajo y continua con sus labores de hogar hasta que llegara la cena. Una vez que terminaron de cenar antes de que los niños se pararan de sus asientos Petunia llamo su atención.
-Niños, hay algo importante que quisiera decirles- ellos prestaron atención –hace ya tiempo les hable de un colegio especial en donde asistían las personas que poseían magia, bueno hoy llegaron estas cartas.
Extendió las cartas a cada uno quienes vieron con fascinación.
-llegaron hoy en la mañana, enviare con Giric una carta para confirmar su asistencia- Giric era la lechuza de Petunia, era un regalo de Arabella para poder mantener comunicación –Sabes que debemos hacer antes de que entres a Hogwarts ¿verdad?-
Harry solo asintió en comprensión de las palabras
-Dumbledore probablemente uso convulsiones contigo también, no quería que hicieras el ritual siendo tan joven pero es necesario hacerlo.
-No te preocupes tía Petunia, voy a estar bien- hacía tiempo que Harry sabia la verdad sobre sus padres y el hecho de que no tenía ningún parentesco con la mujer no la hacía irrelevante en la vida de Harry, ella lo crio y cuido, así que para él siempre iba a ser su tía.
-lo haremos dentro de unos días cuando vayamos a comprar los útiles.
Una semana después de llegada las cartas fueron al callejón Diagon por las cosas necesarias, pudo ver la emoción de los niños todo el camino hacia el Caldero Chorreante pues era la primera vez que visitaban el callejón.
Entraron al bar y Petunia se acercó hacia Tom siendo seguida por los niños.
-Oh Petunia, cuanto tiempo sin verte sin verte, ¿Qué te trae por acá?- menciono alegre el hombre.
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Amor leal para siempre jamás
FanfictionPetunia Dursley se encuentra con un pequeño Harry Potter en la puerta de su casa. En el momento en que lee la carta que acompaña al bebé sabe que algo no está bien y ella se propone saber que es lo que está pasando y que le sucedió a su hermana esa...