Izuku es el hijo de Inko Midoriya, socia de trabajo de Mitsuki Bakugo ¿Que pasaría si el hijo de esta última se enamorara de Izuku? ¿Que le preparará el destino a estos dulces enamorados? Muy fácil, el destino les preparó solo felicidad.
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Aún recuerdo cuando mi amado Kacchan y yo comenzamos a salir.
Todo fue tan mágico, disfrutar mi etapa adolescente con mi primer amor fue lo mejor que pude haber deseado.
Además que gracias a mamá y a la señora Mitsuki, mi lindo Kacchan y yo pudimos viajar a varios lugares del mundo con la excusa de ir a ver pasarelas, no recuerdo un lugar que no hayamos pisado.
Un lugar en dónde no hayamos demostrado nuestro amor...
Cuando llegamos a la edad adulta, Kacchan aprovechó todo su tiempo de estudio en la pre y entró a la primera a la universidad más importante de Japón. Me alegré demasiado por él pero me dolía el corazón al pensar que tendría que mudarse a otra ciudad, tenía miedo que gracias a eso nuestro lindo paraíso se fracture.
Aunque bueno no me quedé de brazos cruzados como en las novelas baratas.
No sé que me dio, supongo que fue un arranque, pero cuando me enteré que en tres días se daría el examen de admisión para los médicos -carrera a la que quería postular- comencé a estudiar como loco. Evidentemente con tan poco tiempo no ingresé, pero por suerte, la universidad estaba regalando becas a los ganadores de un concurso de matemáticas a nivel nacional.
¿Adivinen quién quedó en segundo lugar?
Sí, yo.
Bueno, gracias a los cielos ese puesto fue suficiente para que me dieran la beca. Aún recuerdo el enorme abrazo que nos dimos Kacchan y yo cuando nos enteramos de los resultados.
Cuando iniciamos la universidad a pesar de tantas cosas que teníamos que hacer, nuestra relación no se deterioró, Kacchan siempre era atento a los detalles; consintiendome en la cafetería, trayendome rosas hasta en los recesos y dándome mi besito de buenos días cada vez que nos cruzabamos por la mañana.
Era un sueño, un total sueño.
Realmente, entre tantos recuerdos bonitos que tengo de esa época resaltan; Nuestra primera vez, la vez que me llevó a un concierto y el día de mi graduación.
¡Ahhh! El solo pensar en esos momentos me hace tener mariposas en el estómago.
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