Capítulo 5

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Draco tuvo un colapso mental cuando se despertó y Harry seguía en la cama, no sólo eso, Draco también estaba usando el pecho del moreno como almohada.

Se quedó quieto y se tensó.

Claro que pudo haberlo evitado, cuando la separación de sus camas se fue, pudo volver a alejarlas, pero no lo hizo: "por qué no querías" se dijo a sí mismo. Quería gritar, quería empujar a Potter lejos de él y al mismo tiempo quería seguir así, abrazándolo, robándole el calor, Draco era frío por naturaleza, sentir el calor de otra persona era reconfortante, pero tampoco quería que Harry despertara y lo encontrara así, no soportaría la cara de susto que seguro pondría el moreno, definitivamente no. Habían convivido bastante bien esos días.

Se desembarazo del brazo de Harry -y sus piernas-, para seguidamente ir a encerrarse en el baño, no estaba huyendo, estaba comenzando su día. Se tardó más de lo habitual, la pena y la excitación que recorrían su cuerpo estaban en conflicto. La sensación de la piel contra piel, el calor, los músculos del moreno, su horrible cabello, todo eso había lanzado una corriente hacia su entrepierna, pero maldito sea Merlín si Draco se dejaba dominar por esos impulsos.

- ¿Draco? – escucho la voz rasposa de Harry al otro lado de la puerta - ¿Vas a tardar más? Quiero ir al baño.

- Un poco.

- ¿Estas bien? – la genuina preocupación de Potter lo exaspero.

- Sí. Deja de molestar, lárgate de aquí.

- ¡Vaya! Nos despertamos de malas, jódete Malfoy.

Draco guardo silencio y se relajó sólo cuando escucho la puerta cerrarse, pese a su molestia Potter no hizo mucho por ir en contra de lo que decía Draco, eso le molestaba y gustaba en partes iguales. Estúpido Potter.

Notando que su problema por fin se había ido comenzó a ducharse y cuando salió el desayuno ya estaba en la mesita de su habitación. Habían comenzado a desayunar en su cuarto dado que Draco le gruñía a todos y McGonagall no quería que se saliera de control y atacara a alguien, Harry obviamente no había estado contento, pero había aceptado a regañadientes; cuando ya no era tan necesario, porque ahora Draco podía soportar a otros a su alrededor; lo que le permitió también acudir a clases; volvieron a asistir al comedor, sin embargo, ambos admitieron que les gustó más la tranquilidad que poseían al desayunar en su habitación. A veces Harry acercaba la mesa a la ventana y la abría para que ambos pudieran ver el paisaje mientras comían.

Termino de arreglarse y lanzó un tempus, suponía que Harry no tardaría mucho en regresar, así que comenzó a desayunar sólo, 15 minutos después y Harry no había vuelto, sintió la irritación hacerse presente y como se iba agravando conforme pasaba el tiempo, cuando solo faltaban 10 minutos para que iniciara la clase de Defensa contra las artes oscuras, tomo su bolso muy, muy pero muy irritado, y todos con los que se cruzó en el camino lo sabían, se apartaban de su camino nada más lo sentían cerca.

El instinto fue el que lo llevo directo al aula de Defensa, ni siquiera se dio cuenta del camino, simplemente alzo su mirada y ahí estaba Potter con sus dos lacayos halando tranquilamente. Potter fue el primero en percatarse de él, pese a su lejanía, se volvió con la varita en alto, Weasley y Granger lo imitaron. Draco los miro desconcertado pero su instinto no salió a relucir, sabía que era porque pese a mostrarse amenazantes, su intención era proteger a Potter, y desterró ese conocimiento como muchos otros parecidos.

- Maldición, Malfoy, podrías tratar de contener tu magia.

- ¿Por qué diablos no me dijiste que te venias?

- Me dijiste que me fuera.

- ¿Eres imbécil? Me refería a que usaras otro aseos, no que te largaras.

ElectioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora