Electio

Capítulo 9

Si, hoy no voy a dar excusas porque a ustedes seguramente no les interesa y yo no tengo muchas ganas, sólo diré que me entretuve leyendo un fic que creía perdido por siempre y para siempre pero noooo.

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Los besos se sentían diferentes cuando se daban con alguien a quien le gustabas y te gustaba.

Draco había dado muchos besos; el primero fue en tercer año con Pansy, cuando creyó que estaba enamorado de ella. Había escuchado lo que se supone debían sentir, también lo había leído, pero no fue nada así. Fue brusco, con mucha baba y nada placentero. Lo dejo como una experiencia.

El segundo beso había sido con un tipo en una de las fiestas de su padre; lo había visto antes, lo conocía apenas, pero en navidad, cuando estuvieron solos, obligado a participar en la búsqueda en el laberinto, ese chico, como tres años mayor, se acercó y lo beso. Fue diferente, más placentero, pero no excepcional. Claro que su libido despertó y creyó que fue lo mejor del mundo, pero la sensación desapareció apenas se separaron, no muy trascendental.

Había jugado con sus compañeros en la sala común de Slytherin y se había besado con varias personas, pero ningún beso, por más caliente que fuera, fue significativo. El hormigueo de la anticipación desparecía en el acto, la excitación duraba lo que el contacto y luego se desvanecía sin más. No había recuerdos emocionantes ni deseos de repetir.

Entonces beso a Harry.

Su primer beso, en ese pasillo algo oscuro había sido todo lo que se supone debía ser, apasionado, excitante, deseoso; y cuando termino, lo dejo deseando más, ávido por volver a asaltar la boca del moreno, codiciando volver a sentir las manos de Harry sobre su cuerpo, ir más allá. Fue una revolución hormonal y emocional, porque cuando se separaron y volvieron con los demás, la calidez seguía ahí. Ya no solo eran sus hormonas anhelando más, era su corazón.

Por eso cuando volvieron a besarse, casi siempre por iniciativa de Harry, él se deshacía en sus manos de gozo y alivio; se aventuraba a ir cada vez más lejos hasta que terminaron frotando sus miembros sin ninguna prenda de por medio.

Draco amo cada momento.

Los ojos nublados de Harry y como los cerraba con una expresión de deleite, como las morenas manos se paseaban por su cuerpo con algo parecido a la veneración y la desesperación juntas, los jadeos roncos y gemidos apenas reprimidos. Harry era muy vocal y eso solo aumentaba la lujuria de Draco.

Entre besos y mordidas se habían desecho de sus ropas o al menos Harry lo había hecho, porque aun en su obscenidad, Draco era muy consciente de un par de cosas. La primera era la marca, que era perpetuamente cubierta con un protector de tela que no se quitaba, ni para dormir y la otra eran las cicatrices que cubrían su torso; por un lado no quería que Harry se desanimara al ver las marcas más pálidas, por otro, no quería recordarle que él le había hecho esas marcas.

La primera vez que Harry les dio un leve vistazo, su rostro se cubrió de pena y arrepentimiento. No quería ver ese gesto de nuevo, porque Draco no podía culparlo y hubo veces, durante la guerra, que deseaba haber muerto en aquel baño, a manos del único al que no culparía por hacerlo.

Pero también sabía que no era justo darle esa carga a Harry, por ello era reacio a mostrarse sin prenda alguna.

Por mucho que Harry jugara con sus playeras, por mucho que se dejaba llevar por la sensualidad del momento, siempre evitaba desnudarse por completo aun ante su deseo de sentir la piel de Harry contra la suya. Y Harry, no sabía si era consciente de lo que pasaba o solo dejaba que Draco hiciera las cosas como quería, pero nunca presionaba para quitarle toda la ropa, a veces se detenía justo cuando, entre besos torpes y movimientos frenéticos, llegaba a esa parte.